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Mao Zedong y Enver Hoxha y la lucha sobre dos frentesCuando elaboremos nuestras posiciones políticas, es esencial combatir no solamente las desviaciones oportunistas de derecha, sino también las tendencias izquierdistas. También hay que esforzarse en localizar los aspectos contradictorios de las cuestiones que se debaten.Desde 1978, cuando el Partido del Trabajo de Albania formuló críticas exageradas y acusaciones gratuitas sobre el Partido Comunista chino, dejamos de estudiar sus análisis. Aunque muchos de nuestros desacuerdos con el PTA tenían fundamento, esta actitud no puede justificarse. Incluso si unos partidos marxistas-leninistas cometen grave errores y se desvían por la vía del revisionismo o del izquierdismo, debemos estudiar su evolución, sacar lecciones de sus errores mientras seguimos sacando lecciones de sus experiencias válidas. En las críticas del oportunismo y del revisionismo que formuló el camarada Enver Hoxha, podemos encontrar muchos elementos válidos. Hubiéramos podido aprovecharlos sin por ello estar de acuerdo con la orientación global de su línea. Al mismo tiempo, la observación crítica de los errores izquierdistas de Enver Hoxha podría habernos puesto en guardia contra errores similares en nuestro propio partido.A continuación analizamos algunos aspectos de los dos tomos que Enver Hoxha publicó bajo el título Reflexiones sobre China, publicados en Tirana en 1979. Firmeza en los principios, flexibilidad en la tácticaEnver Hoxha dio muestras de una gran vigilancia hacia el oportunismo. Siempre tuvo en cuenta las posibles consecuencias de ciertos virajes derechistas.Al comienzo de los años 60, cuando los revisionistas jruschovistas dieron algunos pasos “a la izquierda”, Enver Hoxha desmonta rápidamente su doble juego y desvela sus intenciones reales.En 1962, cuando Jruschov pide el cese de la lucha ideológica, Enver Hoxha subraya que busca la tranquilidad para poder avanzar más lejos por el camino de la traición.En 1965, tras la caída de Jruschov, Brezhnev propone a todos los revolucionarios la constitución de un “frente común antiimperialista”. Enver Hoxha ve inmediatamente cuáles son los objetivos de esta nueva táctica. Primero, atacar verbalmente y demagógicamente a los imperialistas para engatusar a los revolucionarios. Después, controlar a los comunistas chinos y tildarlos de “sectarios” y “anti-unitarios” en el caso de que osaran seguir luchando contra el revisionismo soviético. Finalmente, proseguir con la colaboración con el imperialismo americano pero con una mayor discreción de la que tuvo Jruschov, mientras se hacen algunos pequeños chantajes a los Estados Unidos. Y Enver Hoxha concluye que una unidad revolucionaria, combativa, contra el imperialismo no es posible mientras los soviéticos no renuncien a sus concepciones oportunistas fundamentales. Pero también podemos notar, desde el principio, algunos aspectos izquierdistas en los análisis del PTA. En 1962, el Partido Comunista chino propone aceptar una reunión con el PCUS para limar las divergencias y reforzar la unidad del campo socialista. El PCCh dice que hace falta mantener una cierta apariencia de unidad y levantar la bandera del marxismo-leninismo, la lucha antiimperialista y la unidad; esto propiciará mejores condiciones para que se desarrollen núcleos revolucionarios en diferentes partidos comunistas dirigidos por revisionistas.Enver Hoxha concluye enseguida: “Este es un camino vacilante, oportunista y con concesiones.” Sin embargo, esta flexibilidad del PCCh estaba justificada y había que tener en cuenta la posibilidad de virajes políticos en el seno del PCUS. Había que mantener contactos tan amplios como fuera posible con el PCUS para influenciar a los miembros y a los cuadros en un sentido marxista-leninista. Enver Hoxha ve ahí “una acentuada tendencia hacia la moderación y la pasividad”. Lenin siempre defendió la firmeza en los principios y la flexibilidad en la táctica. Hoxha defiende la firmeza en los principios rechazando la flexibilidad, que según él siempre supondrá vacilación y concesiones. Hoxha defiende su táctica izquierdista a partir de un análisis optimista e subjetivista de la situación en el movimiento comunista: “Los camaradas chinos parecen tener la moral hundida, recelan de la lucha contra los revisionistas, sobrestiman las fuerzas del enemigo y subestiman las nuestras.”Clarividencia política y combate ventajosoEn 1964, Enver Hoxha desvela con gran perspicacia la tendencia al acercamiento entre los revisionistas yugoslavos, rumanos e italianos, tendencia que ve la luz en el seno del Partido Comunista chino. Subraya con mucha pertinencia: “Los grupos revisionistas, titistas y jruschovistas están a la cabeza del revisionismo moderno y se observa claramente en ellos la tendencia al reagrupamiento de dos polos en su seno: el polo soviético y el polo yugoslavo-policentrista italiano. Los titistas trabajan para consolidar los agrupamientos que dirigen y lo hacen como siempre, para hacer degenerar el marxismo-leninismo.”En 1968, Enver Hoxha destaca cuatro debilidades y errores en la lucha llevada por el Partido Comunista chino contra el revisionismo. “Los camaradas chinos no tienen una clara visión ideológica de las cosas. No conciben claramente lo que es el revisionismo moderno, el revisionismo titista y jruschovista, ni en qué consiste su gran nocividad. (…)En segundo lugar, acerca de Tito y del titismo, siguen pensando que ‘no es Tito quien se equivocó, sino que fue Stalin quien se equivocó respecto a él’. Y cuando la coyuntura lleva a Tito a tener divergencias con los soviéticos, los camaradas chinos lo ven con mejores ojos. (…)En tercer lugar, los camaradas chinos manifiestan en su lucha algunas tendencias al chovinismo contra la Unión Soviética, emiten algunas pretensiones territoriales y juicios poco fundados sobre los supuestos errores de Stalin en el movimiento comunista internacional.En cuarto lugar, para los camaradas chinos, cualquiera que se presente como adversario de los soviéticos es un posible aliado, sin considerar la identidad de este pseudo-aliado.”Pero el mismo Enver Hoxha también declara:“El revisionismo moderno debe ser combatido por los marxistas-leninistas con perseverancia, sin vacilar, hasta el final, bajo la forma que sea, en cualquier tiempo y circunstancia.” “No le haremos ninguna concesión a Jruschov, no llegaríamos a ningún compromiso con él, porque es un traidor.” Es necesaria “la ruptura definitiva con los revisionistas.” “Educar a las masas para la revolución en los países revisionistas de Europa es una tarea indispensable. (…) (Los marxistas-leninistas deben) aceptar la lucha a ultranza contra las camarillas revisionistas-fascistas y consentir grandes sacrificios.”Si podemos estar de acuerdo con Enver Hoxha en la necesidad de mostrarnos firmes en la lucha de principios contra el revisionismo, la flexibilidad en la táctica durante esta lucha también tiene una gran importancia. Hace falta un análisis concreto de las diversas corrientes políticas en los países socialistas, hay que saber dónde pueden producirse agrupamientos de fuerzas marxistas-leninistas, hay que mantener contacto con las fuerzas comunistas sanas, llegar a compromisos con traidores para estar en condiciones de mantener relaciones con los auténticos comunistas. Enver Hoxha niega todos estos principios. Sin embargo, sin flexibilidad en la táctica, no se puede hacer triunfar los principios justos. Conformarse con proclamar alto y claro los principios justos sin buscar la táctica que permita hacerlos triunfar, demuestra izquierdismo y lleva a la derrota. El radicalismo izquierdista se basa en una falsa apreciación de la realidad política en los países dominados por los revisionistas. ¿Cómo pretende Enver Hoxha “educar a las masas para la revolución contra los revisionistas-fascistas”? ¿Acaso será una revolución sin partido comunista para dirigirla? ¿Acaso cree que los verdaderos comunistas ya se organizan fuera del partido para una nueva revolución proletaria? No había ni el menor indicio del surgimiento de un movimiento comunista fuera del partido, ni de un movimiento de masas de carácter revolucionario y proletario. Partiendo de estos dogmas ideológicos, Hoxha se empecina en no ver que los auténticos comunistas aún permanecen dentro del partido, pese a la traición de los dirigentes revisionistas. Flexibilidad y radicalismoAferrándose a su posición izquierdista, Enver Hoxha siempre está a dos pasos de arremeter contra el Partido Comunista chino, que tilda de “vacilante”. En noviembre de 1964, tras la caída de Jruschov, Chou en-Lai viajó a Moscú para tener discusiones con los dirigentes soviéticos a fin de ayudarles a dejar la vía revisionista. Chen Yi expuso a los camaradas albaneses la táctica del PCCh respecto a la dirección del PCUS. Si los dirigentes soviéticos tienen intención de dejar la vía de Jruschov, deben hacerlo con prudencia y circunspección, o sino los jruschovistas, que siguen estando fuertes, contraatacarán. “Conviene rectificar los errores gradualmente, tratándolos con un espíritu amistoso; no se debe evocar estos errores más que en el interior de los partidos hermanos y no hacerlos públicos.”Esta táctica es correcta, siempre que parta de una firmeza en los principios. Incluso se puede dar otro argumento: aún si se rechaza entrar en una polémica con un partido hermano, uno tiene el deber de exponer públicamente sus propios puntos de vista y rechazar las posiciones que considera burguesas y pequeño-burguesas.Pero Enver Hoxha denuncia inmediatamente la “línea oportunista y conciliadora” y incluso plantea la hipótesis de que “la delegación china traicionará”.En septiembre de 1969, tras el funeral de Ho Chi Minh, Kosyguin se encontró con Chou en-Lai en el aeropuerto de Pekín. Abordaron el problema de las fronteras y Chou en-Lai propuso el cese de los enfrentamientos militares, el mantenimiento del statu quo y la retirada de las tropas de los dos partidos de las zonas disputadas. Trataron sobre problemas comerciales. Las condiciones preliminares de los chinos eran que no se detuviera la polémica ideológica y que las bases nucleares chinas no sean atacadas. Chou en-Lai dijo a los responsables albaneses que la URSS se disponía a atacar China, pero también que la dirección del PCUS estaba teniendo una crisis. China quería dividir a palomas y halcones y trabajaba para iniciar una distensión con la URSS.Rita Marko, miembro del Buró Político del Partido albanés, le dijo a Chou en-Lai que este encuentro era un error y que le daría ventaja a los revisionistas. Chou en-Lai le contestó: “Sois extremistas”. Según Enver Hoxha, este último comentario da muestras de una “arrogancia inaudita”. “Ahora Chou en-Lai se ha montado en el caballo revisionista-oportunista.”Las declaraciones de Enver Hoxha son efectivamente izquierdistas y extremistas.Evidentemente, los marxistas-leninistas deben ser vigilantes. Y un acercamiento a una dirección revisionista puede ser el comienzo de un viraje hacia el revisionismo. Se sabe que el espíritu de conciliación hacia el oportunismo puede, poco a poco, arrastrar a un partido hacia el barrizal del oportunismo. Un error, por pequeño que sea al comienzo, puede alcanzar grandes proporciones si se profundiza en él. Cuando se inicia un proceso, se ha de reflexionar sobre sus posibles evoluciones. Pero de los pasos tácticos emprendidos por el Partido Comunista chino – y que de hecho están completamente justificados – Enver Hoxha hace las extrapolaciones más extremas y negativas. Solamente tiene en cuenta las evoluciones más nefastas y se comporta como si esas evoluciones ya se hubiesen dado. Esto ya no es vigilancia, sino izquierdismo y sectarismo. Además, se trataba esencialmente de relaciones entre Estados y es difícil de comprender cómo un contacto con el representante del Estado soviético, destinado a atenuar la tensión en las fronteras, pueda ser tildado de por sí de error político. Nixon y el lacayo del imperialismo americanoEn julio de 1971, Enver Hoxha pone el grito en el cielo: “Recibir al presidente Nixon y tener una entrevista con él, no es justo y no será aceptado por los pueblos, ni por los revolucionarios, ni por los auténticos comunistas.” “Con este acto político, los chinos desorientan el movimiento revolucionario mundial y apagan el ardor revolucionario.”Con estas posiciones, Enver Hoxha roza el trotskismo. Los comunistas se han pronunciado siempre por la coexistencia pacífica con los Estados capitalistas. Y desde el primer año de existencia de la Unión Soviética, Lenin mantuvo negociaciones con los Nixon de la época. Tras la revolución de Octubre, Lenin aceptó negociar la paz con la Alemania del emperador Guillermo, en Brest-Litovsk. Se sabe que Trotsky se opuso a esas negociaciones. A comienzos de 1922, Lloyd George, el primer ministro de Gran Bretaña, la mayor potencia imperialista de la época, convocó una conferencia internacional para el enderezamiento de Europa, a la que fue invitada la URSS. Lenin pidió inmediatamente que la Unión Soviética envíe allí a sus representantes para defender el sistema socialista y dividir a sus enemigos. Tras la conferencia de Génova, en abril de 1922, la URSS firmó el tratado de Rapallo con la Alemania arruinada, asegurando así al Estado soviético mejores condiciones políticas y económicas para la construcción socialista. En 1935, Stalin firmó un acuerdo con Laval, el reaccionario francés, contra el expansionismo del fascismo alemán. También en aquella ocasión, los trotskistas chillaron acusándole de traición. En 1939, Stalin recibió a Von Ribbentrop para firmar el Pacto germano-soviético que le dio al Estado soviético un año y medio de respiro antes de la guerra. La reacción mundial y el trotskismo se ensañaron contra este acuerdo. Fue el imperialismo americano quien había rechazado reconocer a la China socialista, de 1949 hasta 1971. A consecuencia de la lucha de los pueblos del mundo entero, Nixon se vio obligado a reconocer el régimen de Mao y aceptó viajar a Pekín. Era el primer paso hacia el restablecimiento de los derechos de China en la ONU y en las organizaciones internacionales. Que el imperialismo americano se vea obligado, tras 22 años de boicot, a tratar a China de igual a igual, era una gran victoria para el socialismo en China. Entonces, es difícil comprender cómo Enver Hoxha haya podido llegar a ciertas extravagancias pueriles. Se enfurece porque Chou en-Lai dijera: “El pueblo chino y el pueblo americano son amigos”: Y se indigna diciendo: “Para Chou, Nixon ha dejado de ser un imperialista, un fascista, un verdugo del pueblo. Esto se llama pasarse al bando de los lacayos del imperialismo.” Pareciera oírse a un trotskista hablando del pacto germano-soviético. China: desviación oportunista o “social-imperialismo”A partir de 1973, cuando la política exterior de China empezó a girar hacia la derecha, Enver Hoxha hizo algunas observaciones pertinentes acerca de la lucha de clases a escala internacional. Es indiscutible que el Partido Comunista chino, como nuestro propio partido por otra parte, podría haber sacado provecho de estas críticas y evitar la adopción de posiciones demasiado unilaterales. Cuando China empezó a apoyar la Europa unida frente a las dos superpotencias, tanto en lo político como en lo económico y militar, Enver Hoxha hizo las siguientes observaciones: “Luchamos por acentuar las contradicciones, dice Chou En-lai. Hasta aquí podemos estar de acuerdo. ¿Pero a favor de quién deberíamos acentuarlas? ¿Solamente existen esas contradicciones? (…) ¿Deberíamos olvidar la gran cuestión de clase, la lucha del proletariado, es decir la solución de la gran contradicción entre el proletariado y la burguesía?”Enver Hoxha jamás compartió el análisis del Partido Comunista chino que veía en la URSS de los años 1975-1985 a la superpotencia más peligrosa. Tampoco estuvo de acuerdo con la previsión según la cual la Unión Soviética desencadenaría una guerra por el control de Europa occidental. Para el PTA, la Unión Soviética más bien desencadenaría la guerra contra el eslabón débil del sistema capitalista mundial, golpearía allí donde pensaría obtener el mayor provecho.Tampoco carecen de fundamento las observaciones de Enver Hoxha sobre el carácter nacionalista y antisoviético de la política exterior china de los años 70. “Esta política se rige por dos criterios fundamentales. El primero: la benevolencia o la ausencia de la misma hacia China. (…) Si le cantáis alabanzas, os manifiesta su adhesión, seáis quien seáis. El segundo: si estáis en contra de los revisionistas soviéticos, sois amigos de los chinos, seáis quien seáis.”Enver Hoxha también tuvo razón al criticar la estrategia de Deng Xiaoping, quien declaró en 1977: “Hay que destruir el plan general de guerra preparado por la Unión Soviética, y espero que en esta lucha se reunirá el mundo entero, el tercer mundo, el segundo mundo, e incluso los Estados Unidos, que pertenecen al primer mundo. (…) Es preciso que esta movilización sea multilateral, política, ideológica, económica y militar.” Enver Hoxha denuncia el carácter aventurero y provocador de esta estrategia. “Poco le importa a Deng Xiaoping si las acciones que propone tendrán por efecto el hundir a los pueblos y al proletariado de todos los países en un baño de sangre. A este fascista no le importa la lucha de liberación de los pueblos contra el imperialismo, el social-imperialismo así como contra la burguesía reaccionaria de sus países.”Pero al criticar las desviaciones oportunistas del Partido Comunista chino, Enver Hoxha se pierde en una verborrea izquierdista no menos peligrosa. Desde el momento en que Nixon fuera recibido en China en 1971, Enver Hoxha planteó la hipótesis… ¡de que China se convierta en una nueva “superpotencia”! En el momento de la eliminación de la Banda de los Cuatro, volvió a evocar esta idea: “La misma China tenderá a convertirse en una gran potencia social-imperialista.” “La vía de Mao, Chou, Deng y Hua Kuo-Feng es la vía del capitalismo, la vía de la reacción y del social-imperialismo.” Acusando a China de conchabarse con anticomunistas, Enver Hoxha se hunde él mismo en un delirio izquierdista en el que él también se junta con cierta extrema derecha: “La lucha que lleva China contra el social-imperialismo soviético solamente tiene un carácter de expansión territorial. China tiene la ambición de ocupar territorios limítrofes al norte, como los de Siberia, Mongolia, etc. Por otra parte, también quisiera, si bien no poner la mano sobre ellos, al menos extender su influencia en la India y en otros países del sudeste asiático, como Indonesia, Filipinas, los países Extremo Oriente, Australia, etc.” Estas son, letra por letra, las tesis propagadas por la extrema derecha norteamericana. El revisionismo y el izquierdismo abandonan el análisis materialista y riguroso de las realidades en movimiento y contradictorias entre sí. A menudo parten de premisas idealistas, se centran ciegamente sobre un aspecto de las cosas y lo desarrollan de forma rectilínea. A partir de algunas constataciones reales pero parciales, hacen extrapolaciones arbitrarias e idealistas. Tras una visita de Nixon y algunos gestos de reconciliación y compromiso con el imperialismo americano por parte de China, Enver Hoxha evoca la hipótesis de una superpotencia china que se encamina por la vía del expansionismo, luchando por la hegemonía mundial. Uno no puede basar una política marxista-leninista con tales florituras. En efecto, partiendo de las premisas de Enver Hoxha, se podría perfectamente considerar un porvenir diametralmente opuesto: el revisionismo en China restablecerá el capitalismo, la anarquía capitalista provocará el derrumbamiento de las autoridades centrales, China se dividirá y se convertirá de nuevo en una neo-colonia de varias potencias imperialistas. La manera unilateral, arbitraria y extremista de analizar las divergencias ideológicas y políticas se manifiesta sobre todo en la siguiente observación, que Enver Hoxha formula en 1976, cuando predice que China se convertirá en una superpotencia: “Habíamos previsto esta situación hace mucho tiempo, en 1960 (!), cuando los dirigentes chinos fingían defendernos contra los jruschovistas.” De la menor indecisión táctica a la completa degeneración en superpotencia expansionista: para Enver Hoxha, es imposible escapar de este encadenamiento lógico…¿Crítica del revisionismo o lucha extremista?Es cierto que Enver Hoxha avisó sobre el peligro de reconciliación de la dirección china con algunas corrientes revisionistas. En 1977, predice que tras la reconciliación política con el revisionismo yugoslavo y rumano, China se acercará a Polonia y Hungría. “Así piensa juntar esos países o separarlos de la Unión Soviética. He aquí una vieja política del imperialismo americano y británico de la que Tito, bajo la máscara del supuesto socialismo científico, es la vanguardia con sus maniobras políticas.” Y Enver Hoxha denuncia el “socialismo específico con los colores del país” defendido por Tito, Togliatti y ahora también por China. “Es la vía de la alianza con todos los demás partidos revisionistas de Occidente o de los otros continentes.” Ahí, Enver Hoxha acertó. Pero en lugar de hacer un análisis concreto de las luchas políticas en el seno del Partido Comunista chino – de las tendencias revisionistas que indiscutiblemente están presentes, como de la corriente marxista-leninista –, Enver Hoxha se pierde de nuevo en exageraciones izquierdistas y afirmaciones arbitrarias. No hay mucho lugar para la dialéctica cuando se declara perentoriamente que todos están podridos y que se les combatirá a todos sin vacilar. “No debemos alimentar ninguna esperanza en que los revisionistas chinos puedan enmendarse, ni tener la mínima indecisión en nuestra actitud hacia ellos.” ¡Pero Enver Hoxha cree que aún tiene más cosas que demostrar, en especial, que Mao Zedong nunca ha sido un marxista! “Mao sigue diciendo que ‘el campesinado es la fuerza dirigente más revolucionaria, y que es sobre ésta que debe apoyarse la revolución’. Para Mao, el papel del proletariado en la revolución no está más que en segundo lugar, por no decir que en tercer lugar”. “Otra expresión de esta línea antimarxista de Mao es la concepción según la cual ‘las ciudades deben ser cercadas por el campo’. En otras palabras, es el campesinado pobre el que debe guiar la revolución, porque ‘el proletariado de las ciudades ha perdido su espíritu revolucionario, se ha vuelto conservador’.” El primer texto del primer volumen de Mao, Análisis de las clases de la sociedad china, publicado en 1926, ya permite refutar estas elucubraciones de Enver Hoxha. Durante toda de la revolución, el Partido Comunista chino emprendió un intenso trabajo clandestino entre los obreros. Muchos cuadros obreros, a punto de ser descubiertos por la policía, fueron transferidos hacia las zonas de guerrilla donde se reunieron con los cuadros proletarios que siempre constituyeron el armazón político del ejército campesino. También es interesante constatar, una vez más, que los “análisis” izquierdistas y extremistas se despegan de la realidad y que desconocen la dialéctica. Por este motivo, pueden fácilmente juntarse con los “análisis” revisionistas. En efecto, las flagrantes no-verdades de Enver Hoxha que acabamos de mencionar parecen sacadas de las innumerables obras que los brezhnevistas han escrito sobre el “maoísmo”. La lucha en el seno del partido: liberalismo e izquierdismoEnver Hoxha hizo algunas críticas sobre la manera con la que el Partido Comunista chino lleva la lucha interior. Merecen una reflexión. En 1966-67, hizo los comentarios siguientes sobre la lucha contra los revisionistas durante la Revolución Cultural. “Hace falta golpear a los enemigos, no solamente con palabras y carteles, sino también, si hiciera falta, con una bala en la cabeza. El enemigo debe sentir profundamente, hasta la médula, los golpes de la dictadura del proletariado.” “Si se sigue por la vía oportunista de la ‘educación y la reeducación’, uno se expone a grandes peligros.” “Una revolución que no golpea a los jefes de la traición, no es una revolución.” “Actualmente, mientras se desarrolla la revolución para arrancar el poder de las manos de los revisionistas, observamos manifestaciones de diletantismo, tolerancia, indolencia y liberalismo hacia los elementos anti-partido. Hemos observado que brilla por su ausencia la disciplina de hierro que debe existir en el partido y en la revolución.” “Se observada una actitud oportunista, liberal-burguesa hacia estos elementos hostiles, anti-partido. Jruschov elogiaba a los chinos por esta actitud y Mikoyan lo calificó de ‘buena actitud de los camaradas chinos’ y de ‘no tener nada en común con la política que llevaba Stalin con los cuadros’.” “Junto con el resto de su grupo, Liu Shao-shi bajará de nuevo la cabeza, como lo hizo otras veces, y la levantará, al igual que la levantó otras veces. Pero Mao ya no estará allí para salvar la situación.”Los acontecimientos de estos últimos quince años le han dado toda su significación a estas observaciones. Deng Xiaoping y los demás miembros del grupo de Liu Shao-shi hicieron su autocrítica y prometieron que no volverían a poner en tela de juicio las justas conclusiones de la Revolución Cultural. Pero una vez en el poder, permitieron que Hu Yaobang y a Zhao Ziyang practiquen un revisionismo mucho más extremo que el que Mao combatió en 1966. Está claro que el PCCh se encuentra con grandes dificultades para definir una línea marxista-leninista coherente en lo que respecta a la dictadura del proletariado, la lucha de clases bajo el socialismo y la educación marxista-leninista. El partido no ha sido capaz de discriminar entre la crítica-educación de los cuadros que hayan cometido errores oportunistas y la depuración de los revisionistas recalcitrantes. Y se hace de manifiesto que los revisionistas mejoran sus tácticas para esconder sus intenciones, ocupar posiciones dirigentes y reclutar elementos burgueses.Pero Enver Hoxha saca conclusiones arbitrarias y exageradas de su constatación de los errores oportunistas. Apenas desarrolla el concepto de ‘lucha política, crítica, educación y reeducación de los cuadros’ y pone el acento de forma unilateral sobre la depuración y la represión. En 1975, varios cuadros del PTA, entre los cuales estaba Beqir Balluku, ministro de Defensa y miembro del Buró Político, fueron ejecutados. Enver Hoxha habla del “complot militar-económico conducido por Beqir Balluku, Petrit Dume, Hito Kato, Abdyl Këllezi, Koço Theobdhosi, Lipe Nashi, etc. El objetivo de estos traidores era liquidar el partido y su dirección marxista-leninista, hacer de Albania un país revisionista”. Eran “antiguos agentes de los soviéticos, pero también se ligaron a los chinos”. ¿De qué crímenes se les acusaba? “El plan estratégico hostil que preparaba Beqir Balluku (ministro de Defensa) estaba elaborado por sugerencia de Chou En-lai.” “Chou En-lai le dijo a Beqir Balluku: ‘Para vosotros, no hay otra estrategia que la del maquis’. En otras palabras: ‘Huid a las montañas desde el primer día de ataque del enemigo’.” “Chou En-lai le reiteró a Adil Carçani su plan diabólico: ‘Uníos con los demás países de los Balcanes, independientemente de vuestras diferencias’. ¡Qué infame enemigo y abyecto pseudo-marxista!” Los crímenes de Adil Carçani eran “la descentralización de la economía, los pasos hacia la autogestión, el sabotaje de nuestra industria petrolífera, el inflamiento de la burocracia”. “Es muy posible que Abdyl Këllezi, siendo el hombre de los yugoslavos, haya sido al mismo tiempo el hombre de los chinos. Por tanto (!), este complot parece haber sido muy extenso.” En 1976, en el momento de la eliminación de la Banda de los Cuatro, Enver Hoxha formula la consigna de la lucha “contra el social-imperialismo chino” y afirma que Chou En-lai había actuado contra Albania desde hacía varios años, saboteando su economía mediante una ayuda insuficiente y la demora del envío de máquinas. Luego asegura que “Beqir Belluku y Abdyl Këllezi eran sus cómplices en el complot tramado contra Albania para derrocar nuestra dirección”.Para Enver Hoxha, toda divergencia seria se convierte en complot. Pocos esfuerzos se realizan para resolver divergencias – e incluso divergencias graves – mediante la discusión y la lucha política. Los balances de estas luchas políticas no son utilizados para la educación y la unificación política e ideológica de los cuadros. Reina una unidad aparente, pero no está basada en una comprensión común de las contradicciones que se han conocido en el transcurso de la lucha.
domingo, 19 de diciembre de 2010
sábado, 7 de marzo de 2009
RAUL MARCO
Raúl Marco:
Intervención en nombre del comité de Coordinación del CIPOML
En nombre del Comité de Coordinación de la Conferencia de Partidos y Organizaciones Marxista-Leninistas, así como en el de mi Partido, agradecemos esta oportunidad de poder participar en los actos en homenaje al querido camarada Enver Hoxha. Reconozco sentirme emocionado en este acto, no en vano tuve el honor de conocer personalmente al camarada Enver con el que me entrevisté en diversas ocasiones.Enver Hoxha, hoy, según pasan los años, agiganta su figura. Es así, generalmente con los seres que han marcado su tiempo, tiempo que a su vez demuestra que la humanidad avanza, no se estanca. Entra en juego el papel del individuo en la historia. Enver es uno de ellos. Uno de esos individuos, un comunista, que se enfrentó a los avatares de la época que vivió y contra los que luchó. Él, como a muchos otros dirigentes comunistas, da sentido, razón a los versos de Bertold Brecht sobre el papel del individuo día a día, de toda la vida.Leninista consecuente, Enver luchó contra el imperialismo, contra todo tipo de imperialismo y sus intentos por doblegar a Albania socialista. Hoy, cuando la crisis general del capitalismo pone de maniofiesto, una vez más, la justeza de los análisis marxistas y, particularmente de Lenin sobre él imperialismo como fase superior del capitalismo, hay que recordar como Enver en su famoso «El Imperialismo y la Revolución» advertía como en su búsqueda por salir de la crisis, que ya entonces apuntaba, los países imperialistas buscaban alianzas y acuerdos, para evitar el derrumbe de su sistema. Hoy se debaten desesperadamente, aún más que ayer, en ese sentido. El resultado al que están llegando los «sabios» economistas de la burguesía mundial, como no podía ser de otro modo, es el de privatizar los beneficios y socializar las pérdidas. Es decir, una vez más, que los pueblos, los parias de la tierra, la clase obrera, y las capas de la pequeña y media burguesía, carguen con la losa de la crisis. Para ello buscan nuevas alianzas y compromisos, se enfrenta unos a otros, se unen y disputan, y como señalaba Hoxha en el «Imperialismo y la Revolución»:«La vida confirma continuamente las geniales tesis de Lenin sobre el imperialismo. El capitalismo ha entrado en la fase de su putrefacción.[…] La lucha de los pueblos contra el imperialismo y las camarillas capitalistas burguesas crece de diferentes formas, con diversa intensidad. Ineluctablemente la cantidad se convertirá en calidad.»Ante esta situación internacional, en la que se preparan nuevos y brutales ataques contra los pueblos, los comunistas, los marxista-leninistas debemos unirnos, erradicar nuestras diferencias, mediante el adecuado tratamiento ideológico, para hacer frente a esta ofensiva del capital, y sobre todo, para que nuestros pueblos sepan que no hay más salida que la lucha de clases.La Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones Marxista-Leninistas (CIPOML), constituida hace ya 18 años, surgió en lucha contra el revisionismo y el oportunismo que, propiciaron la caída de muchos partidos hasta la desaparición de muchos de ellos. El revisionismo, como advirtió Enver Hoxha, y anteriormente Lenin y Stalin, es un auténtico cáncer que corroe y liquida a los destacamentos de vanguardia del proletariado, si no se le detecta y combate sin cuartel. Esta es una lucha a vida o muerte, como nos demuestra la experiencia, triste experiencia en muchos casos.Pensamos, que, como advirtió Enver Hoxha:«La actual situación internacional es turbia, la crisis en los países capitalistas y revisionistas se agrava, la política agresiva de las superpotencias engendra cada día más nuevos y grandes peligros para la libertad y la independencia de los pueblos y para la paz en general. […].Dadas estas condiciones, la defensa del marxismo-leninismo, de los principios del internacionalismo proletario, la actitud consecuente y revolucionaria hacia los grandes problemas mundiales, constituyen hoy […] para todos los auténticos marxista-leninistas, una tarea fundamental.» (“El Imperialismo…”).En esta lucha debemos participar unidos todos los comunistas, todos los que pensamos que el marxismo-leninismo es de rabiosa actualidad, de urgencia vital. El internacionalismo proletario, por el que tanto y tan dignamente lucharon los comunistas albaneses bajo la dirección de su CC encabezado por Enver Hoxha, es una bandera que debemos mantener siempre en alto. Encontramos escollos, a veces incomprensiones, mas debemos seguir adelante rebatir posiciones erróneas, combatir el eclecticismo, esa actitud hipócrita que trata de unir el materialismo con el idealismo, de aunar mecánicamente y sin principios, tendencias, corrientes ideológicas heterogéneas.Poco a poco salimos de la dispersión provocada por la gran ofensiva anticomunista desatada por el imperialismo en los años sesenta, y, de cierta forma favorecida por posiciones antimarxistas, como fue el jruschovismo, el trostskismo, los de la teoría de los tres mundos, eurocomunistas y otros. Pero no podemos darnos por satisfechos. Estamos aún lejos de alcanzar esa gran unidad de los comunistas, unidad que, o lo es sobre los principios de Marx, Engels, Lenin, Stalin y los grandes dirigentes comunistas que nos han precedido, como Enver Hoxha, o no será unidad. Ese es un reto, un gran reto que tenemos ante nosotros. Por nuestra parte, no desfallecemos y seguimos empeñados en avanzar por esa vía, que no es otra más que la del internacionalismo proletario real, en la práctica, no de palabrería huera o consigna mitinera.Desde esta tribuna en la que honramos la memoria del camarada Enver, manifestamos nuestra solidaridad con los comunistas albaneses que luchan, en difíciles condiciones, contra la situación actual del país, y por el fortalecimiento e implantación del Partido.Los que desde 1965 conocimos Albania, podemos testimoniar los grandes avances que año tras año, se lograban bajota dirección del PTA. Sabemos porque lo hemos visto con nuestros propios ojos, con qué empeño, con cuanto heroísmo, los comunistas y el pueblo albanés, construíais el socialismo, al mismo tiempo que os enfrentabais contra las maniobras de los titistas, los jruschovistas , los maoístas y todas las intentonas, externas e internas, por desestabilizar el país y acabar con sus logros.Hoy como ayer estamos junto a vosotros. Nos unen viejos lazos, basados en principios comunes; basados en ese internacionalismo proletario, vivo y consecuente, que Enver defendió a lo largo de su vida. Somos conscientes de que vuestra tarea no es fácil, nada menos que derribar el régimen reaccionario que, apoyado y apadrinado por el imperialismo yanqui, ha destruido el socialismo en Albania y retraído el país a tiempos negros. Las palabras del camarada Enver en el VII Congreso del PTA, están presentes en nuestro ánimo, en el de los comunistas:« El mundo se encuentra en una fase en que la causa de la revolución y de la liberación nacional de los pueblos no es solamente una aspiración y perspectiva, sino también un problema planteado que espera solución.»Mas estamos seguros de que los comunistas albaneses, junto al pueblo sano, empuñarán la simbólica espada de Skanderbeg, y lograrán que ondee de nuevo la roja bandera del proletariado, de la revolución por los montes y valles del país de las águilas.¡Honor y gloria al camarada Enver Hoxha!¡Viva la amistad entre nuestros partidos!¡Viva el Partido Comunista de Albania!¡Viva el Internacionalismo Proletario!Tirana, 15 de Octubre de 2008
Intervención en nombre del comité de Coordinación del CIPOML
En nombre del Comité de Coordinación de la Conferencia de Partidos y Organizaciones Marxista-Leninistas, así como en el de mi Partido, agradecemos esta oportunidad de poder participar en los actos en homenaje al querido camarada Enver Hoxha. Reconozco sentirme emocionado en este acto, no en vano tuve el honor de conocer personalmente al camarada Enver con el que me entrevisté en diversas ocasiones.Enver Hoxha, hoy, según pasan los años, agiganta su figura. Es así, generalmente con los seres que han marcado su tiempo, tiempo que a su vez demuestra que la humanidad avanza, no se estanca. Entra en juego el papel del individuo en la historia. Enver es uno de ellos. Uno de esos individuos, un comunista, que se enfrentó a los avatares de la época que vivió y contra los que luchó. Él, como a muchos otros dirigentes comunistas, da sentido, razón a los versos de Bertold Brecht sobre el papel del individuo día a día, de toda la vida.Leninista consecuente, Enver luchó contra el imperialismo, contra todo tipo de imperialismo y sus intentos por doblegar a Albania socialista. Hoy, cuando la crisis general del capitalismo pone de maniofiesto, una vez más, la justeza de los análisis marxistas y, particularmente de Lenin sobre él imperialismo como fase superior del capitalismo, hay que recordar como Enver en su famoso «El Imperialismo y la Revolución» advertía como en su búsqueda por salir de la crisis, que ya entonces apuntaba, los países imperialistas buscaban alianzas y acuerdos, para evitar el derrumbe de su sistema. Hoy se debaten desesperadamente, aún más que ayer, en ese sentido. El resultado al que están llegando los «sabios» economistas de la burguesía mundial, como no podía ser de otro modo, es el de privatizar los beneficios y socializar las pérdidas. Es decir, una vez más, que los pueblos, los parias de la tierra, la clase obrera, y las capas de la pequeña y media burguesía, carguen con la losa de la crisis. Para ello buscan nuevas alianzas y compromisos, se enfrenta unos a otros, se unen y disputan, y como señalaba Hoxha en el «Imperialismo y la Revolución»:«La vida confirma continuamente las geniales tesis de Lenin sobre el imperialismo. El capitalismo ha entrado en la fase de su putrefacción.[…] La lucha de los pueblos contra el imperialismo y las camarillas capitalistas burguesas crece de diferentes formas, con diversa intensidad. Ineluctablemente la cantidad se convertirá en calidad.»Ante esta situación internacional, en la que se preparan nuevos y brutales ataques contra los pueblos, los comunistas, los marxista-leninistas debemos unirnos, erradicar nuestras diferencias, mediante el adecuado tratamiento ideológico, para hacer frente a esta ofensiva del capital, y sobre todo, para que nuestros pueblos sepan que no hay más salida que la lucha de clases.La Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones Marxista-Leninistas (CIPOML), constituida hace ya 18 años, surgió en lucha contra el revisionismo y el oportunismo que, propiciaron la caída de muchos partidos hasta la desaparición de muchos de ellos. El revisionismo, como advirtió Enver Hoxha, y anteriormente Lenin y Stalin, es un auténtico cáncer que corroe y liquida a los destacamentos de vanguardia del proletariado, si no se le detecta y combate sin cuartel. Esta es una lucha a vida o muerte, como nos demuestra la experiencia, triste experiencia en muchos casos.Pensamos, que, como advirtió Enver Hoxha:«La actual situación internacional es turbia, la crisis en los países capitalistas y revisionistas se agrava, la política agresiva de las superpotencias engendra cada día más nuevos y grandes peligros para la libertad y la independencia de los pueblos y para la paz en general. […].Dadas estas condiciones, la defensa del marxismo-leninismo, de los principios del internacionalismo proletario, la actitud consecuente y revolucionaria hacia los grandes problemas mundiales, constituyen hoy […] para todos los auténticos marxista-leninistas, una tarea fundamental.» (“El Imperialismo…”).En esta lucha debemos participar unidos todos los comunistas, todos los que pensamos que el marxismo-leninismo es de rabiosa actualidad, de urgencia vital. El internacionalismo proletario, por el que tanto y tan dignamente lucharon los comunistas albaneses bajo la dirección de su CC encabezado por Enver Hoxha, es una bandera que debemos mantener siempre en alto. Encontramos escollos, a veces incomprensiones, mas debemos seguir adelante rebatir posiciones erróneas, combatir el eclecticismo, esa actitud hipócrita que trata de unir el materialismo con el idealismo, de aunar mecánicamente y sin principios, tendencias, corrientes ideológicas heterogéneas.Poco a poco salimos de la dispersión provocada por la gran ofensiva anticomunista desatada por el imperialismo en los años sesenta, y, de cierta forma favorecida por posiciones antimarxistas, como fue el jruschovismo, el trostskismo, los de la teoría de los tres mundos, eurocomunistas y otros. Pero no podemos darnos por satisfechos. Estamos aún lejos de alcanzar esa gran unidad de los comunistas, unidad que, o lo es sobre los principios de Marx, Engels, Lenin, Stalin y los grandes dirigentes comunistas que nos han precedido, como Enver Hoxha, o no será unidad. Ese es un reto, un gran reto que tenemos ante nosotros. Por nuestra parte, no desfallecemos y seguimos empeñados en avanzar por esa vía, que no es otra más que la del internacionalismo proletario real, en la práctica, no de palabrería huera o consigna mitinera.Desde esta tribuna en la que honramos la memoria del camarada Enver, manifestamos nuestra solidaridad con los comunistas albaneses que luchan, en difíciles condiciones, contra la situación actual del país, y por el fortalecimiento e implantación del Partido.Los que desde 1965 conocimos Albania, podemos testimoniar los grandes avances que año tras año, se lograban bajota dirección del PTA. Sabemos porque lo hemos visto con nuestros propios ojos, con qué empeño, con cuanto heroísmo, los comunistas y el pueblo albanés, construíais el socialismo, al mismo tiempo que os enfrentabais contra las maniobras de los titistas, los jruschovistas , los maoístas y todas las intentonas, externas e internas, por desestabilizar el país y acabar con sus logros.Hoy como ayer estamos junto a vosotros. Nos unen viejos lazos, basados en principios comunes; basados en ese internacionalismo proletario, vivo y consecuente, que Enver defendió a lo largo de su vida. Somos conscientes de que vuestra tarea no es fácil, nada menos que derribar el régimen reaccionario que, apoyado y apadrinado por el imperialismo yanqui, ha destruido el socialismo en Albania y retraído el país a tiempos negros. Las palabras del camarada Enver en el VII Congreso del PTA, están presentes en nuestro ánimo, en el de los comunistas:« El mundo se encuentra en una fase en que la causa de la revolución y de la liberación nacional de los pueblos no es solamente una aspiración y perspectiva, sino también un problema planteado que espera solución.»Mas estamos seguros de que los comunistas albaneses, junto al pueblo sano, empuñarán la simbólica espada de Skanderbeg, y lograrán que ondee de nuevo la roja bandera del proletariado, de la revolución por los montes y valles del país de las águilas.¡Honor y gloria al camarada Enver Hoxha!¡Viva la amistad entre nuestros partidos!¡Viva el Partido Comunista de Albania!¡Viva el Internacionalismo Proletario!Tirana, 15 de Octubre de 2008
sábado, 20 de diciembre de 2008
1908-1985 ENVER HOXHA Y SU TIEMPO
Por: Nils Andersson 1
Enver Hoxha nació en 1908, en una Albania en plena ebullición, las manifestaciones por la liberación del país de la dominación turca, se sucedían por doquier. Cuatro años tenía Enver cuando, en noviembre de 1912, Ismaël Kemal proclamó la independencia de Albania. Ese mismo año tuvo lugar en Londres la Conferencia de los embajadores de las grandes potencias (Alemania, Austria, Hungría, Francia, Italia, Gran Bretaña y Rusia) que reconoció formalmente al nuevo Estado, pero bajo tutela y con la designación de un príncipe alemán como «rey» de Albania y adjudicando a Serbia la mitad del territorio albanés: el problema de Kosovo había nacido.
7 de mayo de 2008 Desde Quito (Ecuador)
Doce años tenía Enver cuando, al finalizar la I Guerra Mundial, fue elegido el primer Parlamento nacional albanés. Grecia, y sobre todo Italia, no renunciaban a sus pretensiones; de nuevo los albaneses se rebelaron para exigir el reconocimiento de sus fronteras. Codiciada, peón en el tablero de las potencias, sólo unidos y en armas, dispondrían los albaneses del derecho a ser independientes. Cuando la Unión Soviética denunció la «diplomacia secreta» de la que la joven Albania era uno de los instrumentos, el eco de la Revolución Bolchevique fue escuchado en las montañas albanesas. En 1924, encabezada por la intelectualidad, la burguesía del Sur del país y los emigrantes de retorno a Albania, estalló la revolución democrática burguesa para derribar el gobierno de los grandes terratenientes, de los feudales y de los representantes del gran clero que conservaban las leyes otomanas y se negaban a la reforma agraria. El joven Enver se unió al movimiento. Con la revolución victoriosa, Fan Noli fue elegido jefe del Gobierno, pero seis meses después, es derribado por las fuerzas reaccionarias: Ahmed Zogu, financiado por el extranjero ( la Anglo-Persa Oil Company y la Standard Oil), con el apoyo concretamente de Yugoslavia y de Grecia y un ejército de mercenarios, se hizo con el poder. Se hace proclamar Presidente de la República, y luego rey de Albania. Los albaneses caen bajo la dictadura zoguista. En esos fatídicos años, Enver Hoxha deja Jirokastra, su ciudad natal, para estudiar en la única escuela secundaria que había en Albania, el liceo francés de Korcha, tenía entonces 19 años. En el liceo descubre la literatura progresista y comunista, prohibida, que forman sus convicciones y compromisos. Otro elemento interviene en su toma de conciencia política : en los años 20 en Turquía la revolución kemalista se hace con el poder que estaba en manos de los señores feudales y los imanes, modifica las relaciones sociales, da el derecho de voto a las mujeres, establece el laicismo del Estado. Que en el antiguo imperio otomano, el cual durante siglos mantuvo a Albania en el oscurantismo, fuera posible romper con el feudalismo, impresiona al joven Enver. El movimiento popular contra la dictadura foguista es duramente reprimido. Enver Hoxha, que participa en las manifestaciones estudiantiles, es detenido y encarcelado. En 1930, marcha a Francia para continuar sus estudios. Allí entra en contacto con comunistas albaneses exilados y con «L’Humanité» en cuyas páginas publica artículos de denuncia de «el régimen del patíbulo y las balas» del rey Zog. Le suprimen la beca y tiene que irse a Bruselas donde trabaja en el consulado de Albania, lo que le permite continuar sus estudios, empero, en 1936, despedido por sus actividades políticas vuelve a Albania. Allí enseña en una escuela de Tirana y luego en el instituto de Korcha, del que había sido alumno. Enver Hoxha milita en el Grupo comunista de Korcha. El movimiento comunista albanés adolece de divisiones ideológicas y dispersión en diversos grupos locales. El primer objetivo a alcanzar es el de unirse para constituir el partido. Enver asume la responsabilidad de esa difícil y compleja tarea, cuando Italia en 1939 invade Albania sin que hubiese la menor protesta internacional. La lucha entonces cambia de naturaleza, el combate por la emancipación social y contra la dictadura foguista, desde ese momento se conjuga con la lucha de liberación nacional y con la necesidad de unificar a los comunistas en un solo partido, tarea de verdadera urgencia. Enver Hoxha es despedido de su puesto de profesor por sus actividades contra el ocupante italiano, y el grupo de Korcha lo envía a Tirana para organizar la lucha antifascista y unificar a los comunistas. Para encubrir sus actividades políticas, abre una floristería. Enver no sólo refuerza la organización comunista en la capital, sino que logra establecer lazos militantes con los patriotas que desde el primer día de la ocupación fascista habían iniciado la lucha armada contra el ocupante en la región de Peza, próxima a Tirana. Identificado como uno de los organizadores de una multitudinaria manifestación en Tirana, fue condenado a muerte por contumacia, y tuvo que pasar a la clandestinidad. Para luchar contra la represión fascista, en noviembre de 1941, en una casa de encalados muros de Tirana, se constituyó el Partido Comunista albanés. Enver Hoxha es nombrado responsable del Comité Central provisional. Desde entonces desempeñó un papel determinante al frente del Partido y, luego, del Estado albanés. ¿Por qué recordamos esos años de infancia, de juventud, de adolescencia, y los primeros compromisos políticos de Enver Hoxha? Porque, como él mismo escribió «la juventud es el período en que se forma el carácter y se traza el camino que seguiremos en la vida.» Los años en los que Enver Hoxha despertó a la conciencia política, determinaron su línea política, tanto sobre la necesidad de combatir a la reacción para arrancar al país del feudalismo y la miseria, del analfabetismo y el oscurantismo, como para lograr que los albaneses se basaran en sus propias fuerzas para asegurar la independencia del país e impedir los designios de los enemigos del exterior. Basándose en los principios ideológicos del marxismo-leninismo, se refería constantemente a las enseñanzas y lecciones de la historia de su pueblo y a la necesidad de no olvidar los acontecimientos que forjaron su compromiso comunista Basarse en las propias fuerzas para asegurar la independencia del país y conjurar las amenazas exteriores. «Nuestro Partido ha considerado siempre como una de sus esenciales tareas permanente, la defensa de la Patria, de la libertad y de la independencia nacionales.» Con esta firme conciencia, Enver Hoxha dirigió una lucha victoriosa contra el ocupante nazifascista y sus colaboradores albaneses. Organizador del Partido Comunista, que contaba con 200 miembros en su fundación, logró unir a las fuerzas patrióticas en la lucha armada de liberación nacional. Desde 1942 se suceden las operaciones guerrilleras. La insurrección y el poder popular se organizaron en Consejos de Liberación Nacional; se liberan territorios y en 1943 se constituye el Ejército de Liberación Nacional, el cual derrotó la gran ofensiva de las tropas nazis en el invierno de 1943-44. En la primavera, desde las zonas liberadas se lanzó un ataque general contra los ocupantes. El 29 de noviembre de 1944, Albania era liberada. Bajo la dirección de E. Hoxha, los albaneses no sólo se liberaron del nazifascismo basándose en sus propias fuerzas, sin ayuda alguna de las fuerzas aliadas, además Enver se opuso intransigentemente a cualquier ingerencia anglo-estadounidense en la dirección de la lucha de liberación. Rechazó el ultimátum del general Wilson que le conminaba a no llevar a cabo operaciones militares contra los colaboracionistas. Y cuando los ingleses desembarcaron en Saranda « para ayudar a la liberación del país», Enver dio la orden a sus guerrilleros de abrir el fuego si las tropas inglesas no reembarcaban. Después de la liberación de Albania, los «aliados» anglo-estadounidenses se negaron a reconocer el nuevo Poder y apoyaron a los reaccionarios del interior. Las elecciones a la Asamblea Constituyente dieron una amplia mayoría a los comunistas y a los patriotas. Al fracasar sus intentonas por derribar al nuevo régimen, Gran Bretaña y Estados Unidos retiraron sus delegaciones de Albania. En 1946,la situación de extrema tensión en la frontera con Grecia, debida a la guerra civil que enfrentaba a las fuerzas progresistas con las monárquicas, unos buques ingleses chocaron a lo largo de las costas albanesas con minas de la II Guerra Mundial. El incidente quiso ser utilizado como pretexto para una intervención armada, empero, una vez más Enver Hoxha se negó a ceder ante las presiones y chantajes de los imperialistas. Más otros planes amenazaban la independencia de Albania. No hay situación más difícil que la de descubrir que aquel junto al que has luchado, la Yugoslavia de Tito, tenía también sus planes anexionistas. Durante la lucha de liberación, E. Hoxha, para evitar la división del frente antifascista, se opuso a las posturas chovinistas de la reacción albanesa sobre Kosovo y defendió el principio del respeto a las fronteras internacionales fijadas en 1912.La posición de Hoxha era la de que el problema de Kosovo debía ser discutido y solucionado entre estados socialistas después de la victoria sobre el nazismo. Tito no pensaba lo mismo. Su objetivo, en el marco de su proyecto de Federación Balcánica, era que Albania fuese la séptima provincia yugoslava. Para llevar a cabo su plan, impulsó una fracción en la dirección del partido comunista albanés. Terminaba la guerra, Albania se encontraba en una situación económica harto difícil y el nuevo Poder se encontraba en fase de consolidación. Esa ingerencia en los asuntos albaneses creo una atmósfera de graves suspicacias en todo el país. En el seno del Movimiento Comunista, el joven partido comunista albanés osó enfrentarse a Tito, dirigente de uno de los partidos más prestigioso e influyente del Kominform. Este hecho demuestra el gran valor y determinación de Enver, sobre todo si se tiene en cuenta que el Partido Comunista de Albania, era el único Partido en el Poder que aún no había sido reconocido como miembro del Kominform (en lo que Tito tuvo mucho que ver).La Denuncia que llevó a cabo Stalin contra Tito, en 1948, permitió que la línea de independencia nacional de Enver Hoxha se impusiese. Un nuevo problema surge en 1949, cuando las tropas monárquicas griegas atacaron Albania con el apoyo de aviones y artillería. El ejército albanés rechazó el ataque, pero continuaron las intentonas para derrocar el régimen socialista; fueron enviados a Albania grupos reaccionarios que fueron eliminados. Un senador estadounidense declaró, «la guerra de nervios contra Albania puede darse por perdida». Sin embargo el bloqueo y la presión ideológica continuaron. En los años sesenta, Enver Hoxha se enfrentó a la línea revisionista de Kruschov, en defensa del marxismo-leninismo. Una vez más se trataba de salvaguardar la independencia del país, tan duramente conquistada. Kruschov pretendía transformar Albania en un paraíso turístico y se oponía a la política de desarrollo industrial y energético de Albania, sin cuyo desarrollo era imposible una verdadera independencia. En la Conferencia de los partidos comunistas celebrada en Moscú en 1961, el partido albanés fue el único que se opuso abiertamente al PCUS, lo que le costó ser objeto de sarcasmos y presiones económicas. Para hacer frente a las malas cosechas registradas, debido a razones atmosféricas, Albania necesitaba importar trigo. Kruschov hizo saber a los albaneses que si su Partido cedía, la URSS cubriría sus necesidades de trigo, y precisó con su particular «espíritu internacionalista», que esas necesidades «se podían cubrir con el trigo que las ratas se comían cada año en la URSS». Enver Hoxha respondió, «preferimos comer raíces antes que vender nuestra independencia y nuestros principios.» La actitud de Enver Hoxha en la Conferencia de Moscú era de especial importancia, pues aunque conocía las divergencias entre el partido chino y el PCUS, ignoraba si Mao Tsetung y el PC chino estaban de acuerdo con su denuncia radical del revisionismo. Enfrentarse a la política del PCUS era un acto grave y doloroso, pues podría romper lazos de profunda fraternidad con el pueblo soviético. Jamás Enver, en su condena de Kruschov identificó a la dirección revisionista con el pueblo soviético tan apreciado por él y por el pueblo albanés. La profundización de las divergencias entre marxismo-leninismo y revisionismo, unió en un mismo frente al partido chino y el albanés. En todos los continentes se organizaron partidos que rechazaban la vía revisionista. El Partido albanés, según las orientaciones de Enver Hoxha, desempeñó con arreglo a sus posibilidades, un papel internacionalista muy activo e importante, para ayudar, aconsejar y estructurar el movimiento marxista-leninista. Más de nuevo, en 1978, se produjo una nueva ruptura. China inició el camino de los compromisos con el imperialismo estadounidense. ¿Albania, fortalecida pero aún pobre, debía someterse y doblegarse ante la política de las grandes potencias? ¿Tenía que renegar de sus principios? ¿Debería olvidar tantos sacrificios asumidos desde la ocupación italiana en 1912? Enver sabía que la situación era difícil, pero no olvidaba las enseñanzas de la historia. Denunció la alianza con el imperialismo y el reparto del mundo entre las grandes potencias que decidían el destino de los pueblos. Consciente de que Albania podía ser aislada en los Balcanes, en Europa y en el mundo, que China llevaría las divergencias políticas a las relaciones económicas. Que Albania sufriría un bloqueo económico incrementado, sin embargo Enver se negó, una vez más, a chalanear con la independencia de Albania. Albania no podía cambiar el curso de la historia, empero es de Enver el mérito de haber alertado contra las corrientes revisionistas, contra las políticas imperialistas y neocoloniales. Para oponerse a las pretensiones externas, Enver trató de hacer de Albania una fortaleza, el pueblo asumió los sacrificios necesarios para mantener la independencia de la pequeña Albania en las orillas del Adriático, pero no podía ella sola ser el dique contra la ofensiva general del capitalismo para establecer un nuevo orden social, neoliberal, en el que hoy vivimos y al que nos enfrentamos. Hoy, en el despacho del ministro de defensa de Albania, están juntas las banderas albanesa y estadounidense. Ese solo hecho demuestra claramente lo que diferencia a Enver Hoxha de los lacayos del extranjero actualmente en el Poder.
Combatir a la reacción para liberar al país del feudalismo y al pueblo de la miseria, el analfabetismo y el oscurantismo. «La lucha de clases llevada a cabo en todos los terrenos, es actualmente una lucha ideológica sobre todo, una lucha para ganar el espíritu y el corazón de las masas, una lucha contra la degeneración burguesa y revisionista, contra todos los residuos y manifestaciones extrañas a nuestra ideología.» En 1945, arrasada por la guerra, Albania no tenía más que unas pocas fábricas; las carreteras destruidas, no había ni un metro de vías ferroviarios; alguna central eléctrica; los campesinos trabajaban la tierra con arados de madera; el 80 % de la población era analfabeta; el porcentaje de jóvenes que iban a la escuela no llegaba a uno de cada cinco; el oscurantismo religioso obstaculizaba la transformación de la sociedad y la emancipación de la mujer; en el Norte del país en la dote de la novia entregada a su esposo se incluía una bala que significaba su derecho de vida y muerte sobre su esposa; la venganza destrozaba familias…y con todo ello había que asegurar el pan. Esa era la situación que debía afrontar la dictadura del proletariado que reemplaza a las dictaduras foguista, fascista y nazi. A partir de esta cruda realidad económica y del nivel de desarrollo de la sociedad, Enver Hoxha y los comunistas albaneses se movilizan para llevar a cabo la revolución social, una tarea harto difícil, más dura y compleja aún, que la liberación del país. La primera decisión revolucionaria tomada por la República Popular de Albania fue la de llevar a cabo la reforma agraria, por la que el pueblo había luchado durante décadas. Eran muy numerosos los campesinos sin tierra. Las propiedades de las siete grandes familias latifundistas, las de las instituciones religiosas y todas aquellas de más de cuarenta hectáreas son entregadas a más de 70.000 familias campesinas. En 1946, se constituyó la primera cooperativa agrícola. En la industria las fábricas más importantes y las de los extranjeros fueron nacionalizadas; se procedió a la concentración de las pequeñas empresas y el comercio exterior y el mayorista pasaron a estar bajo el control del Estado. El Poder popular instituye la jornada de ocho horas. En 1947, el sector de los pequeños productores era el 80 % de la economía nacional, el sector socialista el 15% y el sector privado el 5%. En 1951 se elaboró el primer plan quinquenal, sirviendo de ejemplo el modelo soviético, pero aplicado a las condiciones del país, lo que exigía personas competentes en todos los aspectos de la vida social y económica para poder regular las condiciones creadas por la revolución proletaria, condiciones desigualmente desarrolladas, en el país más atrasado de Europa. La realidad socio-económica del país llevó al Partido en su I Congreso después de haber hecho fracasar las ambiciones de Tito, a tomar el nombre de Partido del Trabajo (los seguidores de Tito trataron de impedir ese congreso, para facilitar la anexión). Dirigente, educador y pedagogo, Enver Hoxha se esforzó siempre por elevar el nivel ideológico y cultural del pueblo. La emancipación de la mujer, auténtica revolución en un país feudal, es un fundamento del socialismo. Enver criticaba a los hombres que son comunistas en su trabajo y en todas partes, menos en sus casas, tanto sobre las tareas domésticas como sobre la educación de los hijos. Para acabar con los matrimonios impuestos a las chicas por sus padres, acordados desde la edad de 10 años e incluso antes, con hombres 15 o 20 años mayores que ellas, el partido favorecía que se marchasen de sus casas con el joven que ellas escogieran libremente. Había padres que se sentían deshonrados al no ser respetada la palabra que habían dado, pero las mujeres que habían pasado por esas condiciones, apoyaban firmemente a sus hijas. Fue necesario, también, luchar para que las chicas fuesen a la escuela, pues según la tradición, una vez casadas pertenecían a la familia del marido, mientras que los hijos se quedaban en la casa de sus padres. Otro frente era el de la educación comunista de la juventud, para la que se utilizaron los talleres de construcción de raíles, en los que miles de jóvenes trabajan por períodos para desarrollar la economía del país, cierto es, pero sobre todo, ello les permite a los jóvenes de cooperativas agrícolas reunirse con los jóvenes estudiantes, con las chicas que llegaban de las montañas, hablar con los jóvenes obreros de las fábricas, es decir, era un medio más para conocer aspectos distintos de sus vidas. Con ello se combatían también los prejuicios religiosos y las costumbres retrógradas, se habría horizontes desconocidos que rompían la estrechez del marco de la familia, de la aldea, de la región. En ese país en el que sólo había una escuela secundaria, se podía ya acceder a la enseñanza universitaria . En 1978, la UNESCO declaró que Albania poseía el porcentaje de estudiantes mayor de Europa, proporcionalmente a su población. La enseñanza era totalmente gratuita. Lo mismo se consiguió en la sanidad; la malaria fue completamente erradicada; se formaron médicos, especialistas; los hospitales no eran clínicas de lujo, pero al igual que en la enseñanza, todo era gratuito. Aun siendo todavía difícil la situación económica, el sistema socialista demostró cómo se pueden atender los intereses vitales culturales y de la salud para el pueblo. El desarrollo económico del país, es vital para transformar la sociedad; un objetivo esencial fue el de la electrificación, para lo que se necesitó construir importantes pantanos, centrales y facilitar el acceso a la red eléctrica a toda la población. Al principio de los años 70 había países europeos más desarrollados, pero sin electrificar totalmente. En Albania la electrificación se llevó hasta las aldeas más recónditas, transformando la vida de la gente. Albania incluso se convirtió en país exportador de energía eléctrica. La lucha ideológica es una cuestión principal, y para Enver Hoxha una constante preocupación. La educación comunista se llevó a cabo en todos los aspectos de la vida. Enver lanzó la lucha contra el burocratismo, esa gangrena que ineluctablemente se infiltra en el partido y el Estado, si no se revoluciona constantemente la sociedad, ya sea mediante el control obrero, largo proceso que debe permitir a cada cual tener la competencia de controlar todos los niveles de la producción y del funcionamiento de las instituciones estatales, o mediante la participación de los cuadros de las empresas en tareas directas de la producción para mejor conocer las condiciones de trabajo de los obreros y percibir mejor posibles innovaciones. Para Enver Hoxha el conjunto de las luchas llevadas a cabo en el frente ideológico, debía tener el objetivo de «aprender a conocer a fondo la psicología del pueblo y de los hombres», pues, como él mismo repetía, «son los hombres y las mujeres quienes hacen las revoluciones, pero también son hombres y mujeres los que hacen las contrarrevoluciones.»
Un hombre, un comunista forjado por su tiempo
Enver Hoxha dirigió el partido albanés y Albania en una fase histórica determinada, la de la «guerra civil internacional», en la que, desde 1917, una confrontación ideológica irreductible opone el campo capitalista al campo socialista. Comprometido en ese gran conflicto del siglo XX, Enver Hoxha jamás estableció compromiso alguno ni con el imperialismo ni con el revisionismo. Quien no ha conocido la ocupación, el colonialismo, el fascismo, no puede saber lo que representa para un pueblo ser libre e independiente; Enver Hoxha dio a su pueblo ese orgullo. Quien no ha conocido el feudalismo, la miseria, el analfabetismo y el oscurantismo, no puede saber el estado de opresión a que son sometidos los hombres y las mujeres. Enver logró que los albaneses salieran del medievo y conociesen el progreso. Ya antes de su desaparición, efectos conjugados de la ofensiva del capitalismo por imponer el nuevo orden internacional neoliberal, y la degeneración revisionista, modificó profundamente el curso de la historia mundial. Albania socialista, sometida a un bloqueo económico, aislada políticamente, sufrió la ley de la nueva relación de fuerzas. La implosión de la Unión Soviética, la nueva línea de China, la victoria, provisional pero general, del capitalismo y del imperialismo en los años 90, fueron de una presión ideológica tal y una asfixia económica que el poder socialista no pudo resistir. En Albania se hicieron con el poder arrivistas, corruptos y la mafia. Hoy es un país desacreditado que vive tutelado por los Estados Unidos y las subvenciones de Europa y en la que muchos albaneses (¡dolorosa constatación!) se avergüenzan del país del que habían estado orgullosos. Las etapas históricas cubiertas por Albania, de un país sometido y ocupado a un Estado libre e independiente; las grandes transformaciones de una sociedad que pasa del feudalismo a una sociedad más avanzada; la extraordinaria evolución del pensamiento en las generaciones nacidas bajo la dictadura foguista, al creado en el socialismo, es la obra de Enver Hoxha. Empero, debemos sacar las lecciones de la historia, de la derrota política del socialismo en los años 90. No podemos dejar de plantearnos interrogantes sobre la licuefacción ideológica registrada en Albania actualmente. A todo revolucionario se le plantean problemas que no puede resolver, es ley de vida. La nueva capacidad de iniciativa exigida, las nuevas fuerzas creadoras necesarias para tener plena conciencia de las transformaciones de la sociedad, de las condiciones de vida, de la elevación del nivel cultural, por los logros del socialismo y de las enseñanzas del marxismo, son cuestiones harto delicadas y difíciles de resolver. Más debemos responder a esos interrogantes para estar en condiciones de interpretar la disolución ideológica de Albania socialista. Nuestra tarea es comprenderlo como hizo Enver Hoxha, esto es, resolver como comunista, como marxista-leninista, los problemas que se le plantearon en su tiempo. Nosotros como comunistas, como marxista-leninistas, debemos estar en condiciones de resolver los problemas planteados en la actual fase histórica.
1.-Ensayista. Apoyó activamente la lucha del pueblo argelino por su liberación del yugo colonial francés. En los años sesenta, apoyó decididamente la lucha contra el revisionismo moderno, y a los partidos y organizaciones en formación, en Francia, Suecia, Suiza y España Expulsado de Suiza por sus actividades políticos (fue fundador de la Organización de Comunistas de Suiza), vivió algunos años en Albania, donde trató personalmente a Enver Hoxha, y otros dirigentes del PTA. Internacionalista de pro, nada de lo que atañe a la lucha de los pueblos, le es ajeno. 2.- Órgano central del Partido Comunista de Francia
Globalización económica, privatización de los servicios públicos Los causantes de la crisis mundial son los países desarrollados Crisis del Capitalismo Profesor Petras: «el salvataje bancario es una fase intermedia entre el capitalismo quebrado y el capitalismo recuperado» Lecciones del colapso de Wall Street El sistema financiero internacional un sistema mafioso
Control de la América Latina Gobierno de Álvaro Uribe asesina a un dirigente indígena Ya antes de la Cumbre de Lima, los partidos alemanes del gobierno se posicionaron contra el socialismo del siglo XXI Analiza Fidel Castro cumbre América Latina y Caribe-Unión Europea La propaganda ligada a la monarquía española ataca y denigra América Latina Destructivos tratados de libre comercio esclavizan a países pobres
Por: Nils Andersson 1
Enver Hoxha nació en 1908, en una Albania en plena ebullición, las manifestaciones por la liberación del país de la dominación turca, se sucedían por doquier. Cuatro años tenía Enver cuando, en noviembre de 1912, Ismaël Kemal proclamó la independencia de Albania. Ese mismo año tuvo lugar en Londres la Conferencia de los embajadores de las grandes potencias (Alemania, Austria, Hungría, Francia, Italia, Gran Bretaña y Rusia) que reconoció formalmente al nuevo Estado, pero bajo tutela y con la designación de un príncipe alemán como «rey» de Albania y adjudicando a Serbia la mitad del territorio albanés: el problema de Kosovo había nacido.
7 de mayo de 2008 Desde Quito (Ecuador)
Doce años tenía Enver cuando, al finalizar la I Guerra Mundial, fue elegido el primer Parlamento nacional albanés. Grecia, y sobre todo Italia, no renunciaban a sus pretensiones; de nuevo los albaneses se rebelaron para exigir el reconocimiento de sus fronteras. Codiciada, peón en el tablero de las potencias, sólo unidos y en armas, dispondrían los albaneses del derecho a ser independientes. Cuando la Unión Soviética denunció la «diplomacia secreta» de la que la joven Albania era uno de los instrumentos, el eco de la Revolución Bolchevique fue escuchado en las montañas albanesas. En 1924, encabezada por la intelectualidad, la burguesía del Sur del país y los emigrantes de retorno a Albania, estalló la revolución democrática burguesa para derribar el gobierno de los grandes terratenientes, de los feudales y de los representantes del gran clero que conservaban las leyes otomanas y se negaban a la reforma agraria. El joven Enver se unió al movimiento. Con la revolución victoriosa, Fan Noli fue elegido jefe del Gobierno, pero seis meses después, es derribado por las fuerzas reaccionarias: Ahmed Zogu, financiado por el extranjero ( la Anglo-Persa Oil Company y la Standard Oil), con el apoyo concretamente de Yugoslavia y de Grecia y un ejército de mercenarios, se hizo con el poder. Se hace proclamar Presidente de la República, y luego rey de Albania. Los albaneses caen bajo la dictadura zoguista. En esos fatídicos años, Enver Hoxha deja Jirokastra, su ciudad natal, para estudiar en la única escuela secundaria que había en Albania, el liceo francés de Korcha, tenía entonces 19 años. En el liceo descubre la literatura progresista y comunista, prohibida, que forman sus convicciones y compromisos. Otro elemento interviene en su toma de conciencia política : en los años 20 en Turquía la revolución kemalista se hace con el poder que estaba en manos de los señores feudales y los imanes, modifica las relaciones sociales, da el derecho de voto a las mujeres, establece el laicismo del Estado. Que en el antiguo imperio otomano, el cual durante siglos mantuvo a Albania en el oscurantismo, fuera posible romper con el feudalismo, impresiona al joven Enver. El movimiento popular contra la dictadura foguista es duramente reprimido. Enver Hoxha, que participa en las manifestaciones estudiantiles, es detenido y encarcelado. En 1930, marcha a Francia para continuar sus estudios. Allí entra en contacto con comunistas albaneses exilados y con «L’Humanité» en cuyas páginas publica artículos de denuncia de «el régimen del patíbulo y las balas» del rey Zog. Le suprimen la beca y tiene que irse a Bruselas donde trabaja en el consulado de Albania, lo que le permite continuar sus estudios, empero, en 1936, despedido por sus actividades políticas vuelve a Albania. Allí enseña en una escuela de Tirana y luego en el instituto de Korcha, del que había sido alumno. Enver Hoxha milita en el Grupo comunista de Korcha. El movimiento comunista albanés adolece de divisiones ideológicas y dispersión en diversos grupos locales. El primer objetivo a alcanzar es el de unirse para constituir el partido. Enver asume la responsabilidad de esa difícil y compleja tarea, cuando Italia en 1939 invade Albania sin que hubiese la menor protesta internacional. La lucha entonces cambia de naturaleza, el combate por la emancipación social y contra la dictadura foguista, desde ese momento se conjuga con la lucha de liberación nacional y con la necesidad de unificar a los comunistas en un solo partido, tarea de verdadera urgencia. Enver Hoxha es despedido de su puesto de profesor por sus actividades contra el ocupante italiano, y el grupo de Korcha lo envía a Tirana para organizar la lucha antifascista y unificar a los comunistas. Para encubrir sus actividades políticas, abre una floristería. Enver no sólo refuerza la organización comunista en la capital, sino que logra establecer lazos militantes con los patriotas que desde el primer día de la ocupación fascista habían iniciado la lucha armada contra el ocupante en la región de Peza, próxima a Tirana. Identificado como uno de los organizadores de una multitudinaria manifestación en Tirana, fue condenado a muerte por contumacia, y tuvo que pasar a la clandestinidad. Para luchar contra la represión fascista, en noviembre de 1941, en una casa de encalados muros de Tirana, se constituyó el Partido Comunista albanés. Enver Hoxha es nombrado responsable del Comité Central provisional. Desde entonces desempeñó un papel determinante al frente del Partido y, luego, del Estado albanés. ¿Por qué recordamos esos años de infancia, de juventud, de adolescencia, y los primeros compromisos políticos de Enver Hoxha? Porque, como él mismo escribió «la juventud es el período en que se forma el carácter y se traza el camino que seguiremos en la vida.» Los años en los que Enver Hoxha despertó a la conciencia política, determinaron su línea política, tanto sobre la necesidad de combatir a la reacción para arrancar al país del feudalismo y la miseria, del analfabetismo y el oscurantismo, como para lograr que los albaneses se basaran en sus propias fuerzas para asegurar la independencia del país e impedir los designios de los enemigos del exterior. Basándose en los principios ideológicos del marxismo-leninismo, se refería constantemente a las enseñanzas y lecciones de la historia de su pueblo y a la necesidad de no olvidar los acontecimientos que forjaron su compromiso comunista Basarse en las propias fuerzas para asegurar la independencia del país y conjurar las amenazas exteriores. «Nuestro Partido ha considerado siempre como una de sus esenciales tareas permanente, la defensa de la Patria, de la libertad y de la independencia nacionales.» Con esta firme conciencia, Enver Hoxha dirigió una lucha victoriosa contra el ocupante nazifascista y sus colaboradores albaneses. Organizador del Partido Comunista, que contaba con 200 miembros en su fundación, logró unir a las fuerzas patrióticas en la lucha armada de liberación nacional. Desde 1942 se suceden las operaciones guerrilleras. La insurrección y el poder popular se organizaron en Consejos de Liberación Nacional; se liberan territorios y en 1943 se constituye el Ejército de Liberación Nacional, el cual derrotó la gran ofensiva de las tropas nazis en el invierno de 1943-44. En la primavera, desde las zonas liberadas se lanzó un ataque general contra los ocupantes. El 29 de noviembre de 1944, Albania era liberada. Bajo la dirección de E. Hoxha, los albaneses no sólo se liberaron del nazifascismo basándose en sus propias fuerzas, sin ayuda alguna de las fuerzas aliadas, además Enver se opuso intransigentemente a cualquier ingerencia anglo-estadounidense en la dirección de la lucha de liberación. Rechazó el ultimátum del general Wilson que le conminaba a no llevar a cabo operaciones militares contra los colaboracionistas. Y cuando los ingleses desembarcaron en Saranda « para ayudar a la liberación del país», Enver dio la orden a sus guerrilleros de abrir el fuego si las tropas inglesas no reembarcaban. Después de la liberación de Albania, los «aliados» anglo-estadounidenses se negaron a reconocer el nuevo Poder y apoyaron a los reaccionarios del interior. Las elecciones a la Asamblea Constituyente dieron una amplia mayoría a los comunistas y a los patriotas. Al fracasar sus intentonas por derribar al nuevo régimen, Gran Bretaña y Estados Unidos retiraron sus delegaciones de Albania. En 1946,la situación de extrema tensión en la frontera con Grecia, debida a la guerra civil que enfrentaba a las fuerzas progresistas con las monárquicas, unos buques ingleses chocaron a lo largo de las costas albanesas con minas de la II Guerra Mundial. El incidente quiso ser utilizado como pretexto para una intervención armada, empero, una vez más Enver Hoxha se negó a ceder ante las presiones y chantajes de los imperialistas. Más otros planes amenazaban la independencia de Albania. No hay situación más difícil que la de descubrir que aquel junto al que has luchado, la Yugoslavia de Tito, tenía también sus planes anexionistas. Durante la lucha de liberación, E. Hoxha, para evitar la división del frente antifascista, se opuso a las posturas chovinistas de la reacción albanesa sobre Kosovo y defendió el principio del respeto a las fronteras internacionales fijadas en 1912.La posición de Hoxha era la de que el problema de Kosovo debía ser discutido y solucionado entre estados socialistas después de la victoria sobre el nazismo. Tito no pensaba lo mismo. Su objetivo, en el marco de su proyecto de Federación Balcánica, era que Albania fuese la séptima provincia yugoslava. Para llevar a cabo su plan, impulsó una fracción en la dirección del partido comunista albanés. Terminaba la guerra, Albania se encontraba en una situación económica harto difícil y el nuevo Poder se encontraba en fase de consolidación. Esa ingerencia en los asuntos albaneses creo una atmósfera de graves suspicacias en todo el país. En el seno del Movimiento Comunista, el joven partido comunista albanés osó enfrentarse a Tito, dirigente de uno de los partidos más prestigioso e influyente del Kominform. Este hecho demuestra el gran valor y determinación de Enver, sobre todo si se tiene en cuenta que el Partido Comunista de Albania, era el único Partido en el Poder que aún no había sido reconocido como miembro del Kominform (en lo que Tito tuvo mucho que ver).La Denuncia que llevó a cabo Stalin contra Tito, en 1948, permitió que la línea de independencia nacional de Enver Hoxha se impusiese. Un nuevo problema surge en 1949, cuando las tropas monárquicas griegas atacaron Albania con el apoyo de aviones y artillería. El ejército albanés rechazó el ataque, pero continuaron las intentonas para derrocar el régimen socialista; fueron enviados a Albania grupos reaccionarios que fueron eliminados. Un senador estadounidense declaró, «la guerra de nervios contra Albania puede darse por perdida». Sin embargo el bloqueo y la presión ideológica continuaron. En los años sesenta, Enver Hoxha se enfrentó a la línea revisionista de Kruschov, en defensa del marxismo-leninismo. Una vez más se trataba de salvaguardar la independencia del país, tan duramente conquistada. Kruschov pretendía transformar Albania en un paraíso turístico y se oponía a la política de desarrollo industrial y energético de Albania, sin cuyo desarrollo era imposible una verdadera independencia. En la Conferencia de los partidos comunistas celebrada en Moscú en 1961, el partido albanés fue el único que se opuso abiertamente al PCUS, lo que le costó ser objeto de sarcasmos y presiones económicas. Para hacer frente a las malas cosechas registradas, debido a razones atmosféricas, Albania necesitaba importar trigo. Kruschov hizo saber a los albaneses que si su Partido cedía, la URSS cubriría sus necesidades de trigo, y precisó con su particular «espíritu internacionalista», que esas necesidades «se podían cubrir con el trigo que las ratas se comían cada año en la URSS». Enver Hoxha respondió, «preferimos comer raíces antes que vender nuestra independencia y nuestros principios.» La actitud de Enver Hoxha en la Conferencia de Moscú era de especial importancia, pues aunque conocía las divergencias entre el partido chino y el PCUS, ignoraba si Mao Tsetung y el PC chino estaban de acuerdo con su denuncia radical del revisionismo. Enfrentarse a la política del PCUS era un acto grave y doloroso, pues podría romper lazos de profunda fraternidad con el pueblo soviético. Jamás Enver, en su condena de Kruschov identificó a la dirección revisionista con el pueblo soviético tan apreciado por él y por el pueblo albanés. La profundización de las divergencias entre marxismo-leninismo y revisionismo, unió en un mismo frente al partido chino y el albanés. En todos los continentes se organizaron partidos que rechazaban la vía revisionista. El Partido albanés, según las orientaciones de Enver Hoxha, desempeñó con arreglo a sus posibilidades, un papel internacionalista muy activo e importante, para ayudar, aconsejar y estructurar el movimiento marxista-leninista. Más de nuevo, en 1978, se produjo una nueva ruptura. China inició el camino de los compromisos con el imperialismo estadounidense. ¿Albania, fortalecida pero aún pobre, debía someterse y doblegarse ante la política de las grandes potencias? ¿Tenía que renegar de sus principios? ¿Debería olvidar tantos sacrificios asumidos desde la ocupación italiana en 1912? Enver sabía que la situación era difícil, pero no olvidaba las enseñanzas de la historia. Denunció la alianza con el imperialismo y el reparto del mundo entre las grandes potencias que decidían el destino de los pueblos. Consciente de que Albania podía ser aislada en los Balcanes, en Europa y en el mundo, que China llevaría las divergencias políticas a las relaciones económicas. Que Albania sufriría un bloqueo económico incrementado, sin embargo Enver se negó, una vez más, a chalanear con la independencia de Albania. Albania no podía cambiar el curso de la historia, empero es de Enver el mérito de haber alertado contra las corrientes revisionistas, contra las políticas imperialistas y neocoloniales. Para oponerse a las pretensiones externas, Enver trató de hacer de Albania una fortaleza, el pueblo asumió los sacrificios necesarios para mantener la independencia de la pequeña Albania en las orillas del Adriático, pero no podía ella sola ser el dique contra la ofensiva general del capitalismo para establecer un nuevo orden social, neoliberal, en el que hoy vivimos y al que nos enfrentamos. Hoy, en el despacho del ministro de defensa de Albania, están juntas las banderas albanesa y estadounidense. Ese solo hecho demuestra claramente lo que diferencia a Enver Hoxha de los lacayos del extranjero actualmente en el Poder.
Combatir a la reacción para liberar al país del feudalismo y al pueblo de la miseria, el analfabetismo y el oscurantismo. «La lucha de clases llevada a cabo en todos los terrenos, es actualmente una lucha ideológica sobre todo, una lucha para ganar el espíritu y el corazón de las masas, una lucha contra la degeneración burguesa y revisionista, contra todos los residuos y manifestaciones extrañas a nuestra ideología.» En 1945, arrasada por la guerra, Albania no tenía más que unas pocas fábricas; las carreteras destruidas, no había ni un metro de vías ferroviarios; alguna central eléctrica; los campesinos trabajaban la tierra con arados de madera; el 80 % de la población era analfabeta; el porcentaje de jóvenes que iban a la escuela no llegaba a uno de cada cinco; el oscurantismo religioso obstaculizaba la transformación de la sociedad y la emancipación de la mujer; en el Norte del país en la dote de la novia entregada a su esposo se incluía una bala que significaba su derecho de vida y muerte sobre su esposa; la venganza destrozaba familias…y con todo ello había que asegurar el pan. Esa era la situación que debía afrontar la dictadura del proletariado que reemplaza a las dictaduras foguista, fascista y nazi. A partir de esta cruda realidad económica y del nivel de desarrollo de la sociedad, Enver Hoxha y los comunistas albaneses se movilizan para llevar a cabo la revolución social, una tarea harto difícil, más dura y compleja aún, que la liberación del país. La primera decisión revolucionaria tomada por la República Popular de Albania fue la de llevar a cabo la reforma agraria, por la que el pueblo había luchado durante décadas. Eran muy numerosos los campesinos sin tierra. Las propiedades de las siete grandes familias latifundistas, las de las instituciones religiosas y todas aquellas de más de cuarenta hectáreas son entregadas a más de 70.000 familias campesinas. En 1946, se constituyó la primera cooperativa agrícola. En la industria las fábricas más importantes y las de los extranjeros fueron nacionalizadas; se procedió a la concentración de las pequeñas empresas y el comercio exterior y el mayorista pasaron a estar bajo el control del Estado. El Poder popular instituye la jornada de ocho horas. En 1947, el sector de los pequeños productores era el 80 % de la economía nacional, el sector socialista el 15% y el sector privado el 5%. En 1951 se elaboró el primer plan quinquenal, sirviendo de ejemplo el modelo soviético, pero aplicado a las condiciones del país, lo que exigía personas competentes en todos los aspectos de la vida social y económica para poder regular las condiciones creadas por la revolución proletaria, condiciones desigualmente desarrolladas, en el país más atrasado de Europa. La realidad socio-económica del país llevó al Partido en su I Congreso después de haber hecho fracasar las ambiciones de Tito, a tomar el nombre de Partido del Trabajo (los seguidores de Tito trataron de impedir ese congreso, para facilitar la anexión). Dirigente, educador y pedagogo, Enver Hoxha se esforzó siempre por elevar el nivel ideológico y cultural del pueblo. La emancipación de la mujer, auténtica revolución en un país feudal, es un fundamento del socialismo. Enver criticaba a los hombres que son comunistas en su trabajo y en todas partes, menos en sus casas, tanto sobre las tareas domésticas como sobre la educación de los hijos. Para acabar con los matrimonios impuestos a las chicas por sus padres, acordados desde la edad de 10 años e incluso antes, con hombres 15 o 20 años mayores que ellas, el partido favorecía que se marchasen de sus casas con el joven que ellas escogieran libremente. Había padres que se sentían deshonrados al no ser respetada la palabra que habían dado, pero las mujeres que habían pasado por esas condiciones, apoyaban firmemente a sus hijas. Fue necesario, también, luchar para que las chicas fuesen a la escuela, pues según la tradición, una vez casadas pertenecían a la familia del marido, mientras que los hijos se quedaban en la casa de sus padres. Otro frente era el de la educación comunista de la juventud, para la que se utilizaron los talleres de construcción de raíles, en los que miles de jóvenes trabajan por períodos para desarrollar la economía del país, cierto es, pero sobre todo, ello les permite a los jóvenes de cooperativas agrícolas reunirse con los jóvenes estudiantes, con las chicas que llegaban de las montañas, hablar con los jóvenes obreros de las fábricas, es decir, era un medio más para conocer aspectos distintos de sus vidas. Con ello se combatían también los prejuicios religiosos y las costumbres retrógradas, se habría horizontes desconocidos que rompían la estrechez del marco de la familia, de la aldea, de la región. En ese país en el que sólo había una escuela secundaria, se podía ya acceder a la enseñanza universitaria . En 1978, la UNESCO declaró que Albania poseía el porcentaje de estudiantes mayor de Europa, proporcionalmente a su población. La enseñanza era totalmente gratuita. Lo mismo se consiguió en la sanidad; la malaria fue completamente erradicada; se formaron médicos, especialistas; los hospitales no eran clínicas de lujo, pero al igual que en la enseñanza, todo era gratuito. Aun siendo todavía difícil la situación económica, el sistema socialista demostró cómo se pueden atender los intereses vitales culturales y de la salud para el pueblo. El desarrollo económico del país, es vital para transformar la sociedad; un objetivo esencial fue el de la electrificación, para lo que se necesitó construir importantes pantanos, centrales y facilitar el acceso a la red eléctrica a toda la población. Al principio de los años 70 había países europeos más desarrollados, pero sin electrificar totalmente. En Albania la electrificación se llevó hasta las aldeas más recónditas, transformando la vida de la gente. Albania incluso se convirtió en país exportador de energía eléctrica. La lucha ideológica es una cuestión principal, y para Enver Hoxha una constante preocupación. La educación comunista se llevó a cabo en todos los aspectos de la vida. Enver lanzó la lucha contra el burocratismo, esa gangrena que ineluctablemente se infiltra en el partido y el Estado, si no se revoluciona constantemente la sociedad, ya sea mediante el control obrero, largo proceso que debe permitir a cada cual tener la competencia de controlar todos los niveles de la producción y del funcionamiento de las instituciones estatales, o mediante la participación de los cuadros de las empresas en tareas directas de la producción para mejor conocer las condiciones de trabajo de los obreros y percibir mejor posibles innovaciones. Para Enver Hoxha el conjunto de las luchas llevadas a cabo en el frente ideológico, debía tener el objetivo de «aprender a conocer a fondo la psicología del pueblo y de los hombres», pues, como él mismo repetía, «son los hombres y las mujeres quienes hacen las revoluciones, pero también son hombres y mujeres los que hacen las contrarrevoluciones.»
Un hombre, un comunista forjado por su tiempo
Enver Hoxha dirigió el partido albanés y Albania en una fase histórica determinada, la de la «guerra civil internacional», en la que, desde 1917, una confrontación ideológica irreductible opone el campo capitalista al campo socialista. Comprometido en ese gran conflicto del siglo XX, Enver Hoxha jamás estableció compromiso alguno ni con el imperialismo ni con el revisionismo. Quien no ha conocido la ocupación, el colonialismo, el fascismo, no puede saber lo que representa para un pueblo ser libre e independiente; Enver Hoxha dio a su pueblo ese orgullo. Quien no ha conocido el feudalismo, la miseria, el analfabetismo y el oscurantismo, no puede saber el estado de opresión a que son sometidos los hombres y las mujeres. Enver logró que los albaneses salieran del medievo y conociesen el progreso. Ya antes de su desaparición, efectos conjugados de la ofensiva del capitalismo por imponer el nuevo orden internacional neoliberal, y la degeneración revisionista, modificó profundamente el curso de la historia mundial. Albania socialista, sometida a un bloqueo económico, aislada políticamente, sufrió la ley de la nueva relación de fuerzas. La implosión de la Unión Soviética, la nueva línea de China, la victoria, provisional pero general, del capitalismo y del imperialismo en los años 90, fueron de una presión ideológica tal y una asfixia económica que el poder socialista no pudo resistir. En Albania se hicieron con el poder arrivistas, corruptos y la mafia. Hoy es un país desacreditado que vive tutelado por los Estados Unidos y las subvenciones de Europa y en la que muchos albaneses (¡dolorosa constatación!) se avergüenzan del país del que habían estado orgullosos. Las etapas históricas cubiertas por Albania, de un país sometido y ocupado a un Estado libre e independiente; las grandes transformaciones de una sociedad que pasa del feudalismo a una sociedad más avanzada; la extraordinaria evolución del pensamiento en las generaciones nacidas bajo la dictadura foguista, al creado en el socialismo, es la obra de Enver Hoxha. Empero, debemos sacar las lecciones de la historia, de la derrota política del socialismo en los años 90. No podemos dejar de plantearnos interrogantes sobre la licuefacción ideológica registrada en Albania actualmente. A todo revolucionario se le plantean problemas que no puede resolver, es ley de vida. La nueva capacidad de iniciativa exigida, las nuevas fuerzas creadoras necesarias para tener plena conciencia de las transformaciones de la sociedad, de las condiciones de vida, de la elevación del nivel cultural, por los logros del socialismo y de las enseñanzas del marxismo, son cuestiones harto delicadas y difíciles de resolver. Más debemos responder a esos interrogantes para estar en condiciones de interpretar la disolución ideológica de Albania socialista. Nuestra tarea es comprenderlo como hizo Enver Hoxha, esto es, resolver como comunista, como marxista-leninista, los problemas que se le plantearon en su tiempo. Nosotros como comunistas, como marxista-leninistas, debemos estar en condiciones de resolver los problemas planteados en la actual fase histórica.
1.-Ensayista. Apoyó activamente la lucha del pueblo argelino por su liberación del yugo colonial francés. En los años sesenta, apoyó decididamente la lucha contra el revisionismo moderno, y a los partidos y organizaciones en formación, en Francia, Suecia, Suiza y España Expulsado de Suiza por sus actividades políticos (fue fundador de la Organización de Comunistas de Suiza), vivió algunos años en Albania, donde trató personalmente a Enver Hoxha, y otros dirigentes del PTA. Internacionalista de pro, nada de lo que atañe a la lucha de los pueblos, le es ajeno. 2.- Órgano central del Partido Comunista de Francia
Globalización económica, privatización de los servicios públicos Los causantes de la crisis mundial son los países desarrollados Crisis del Capitalismo Profesor Petras: «el salvataje bancario es una fase intermedia entre el capitalismo quebrado y el capitalismo recuperado» Lecciones del colapso de Wall Street El sistema financiero internacional un sistema mafioso
Control de la América Latina Gobierno de Álvaro Uribe asesina a un dirigente indígena Ya antes de la Cumbre de Lima, los partidos alemanes del gobierno se posicionaron contra el socialismo del siglo XXI Analiza Fidel Castro cumbre América Latina y Caribe-Unión Europea La propaganda ligada a la monarquía española ataca y denigra América Latina Destructivos tratados de libre comercio esclavizan a países pobres
PARTI, ENVER ESTAMOS PRESTOS
Y en Tirana de nuevo se oyó la consigna
de antaño: «Parti, Enver, kemi gati kurdo
here ¡» («¡Partido, Enver, estamos prestos¡
»)
En octubre, con motivo del centenario
del nacimiento de Enver Hoxha, se han
celebrado en Albania diversos actos. Los
principales tuvieron lugar en Tirana, con
un gran mitin en el Palacio de la Cultura,
cuya sala estaba llena a rebosar. Convocó
el partido Comunista de Albania, cuyo
presidente, Hysni Milloshi, pronunció un
importante discurso en el que resaltó la
figura de Enver Hoxha, como comunista,
luchador infatigable por la independencia
del país, internacionalista y gran marxista-
leninista. El camarada Milloshi fustigó
a los traidores que han destruido el socialismo
en Albania y colocado el país a los
pies de l imperialismo yanqui. Intervinieron
camaradas de distintas partes del país
así como representantes de las delegaciones
de partidos hermanos y organizaciones
revolucionarias llegadas de Europa y
América.
Nuestra delegación, fue la encargada
de presentar el saludo del Comité de
Coordinación de la Plataforma de Partidos
y organizaciones Marxista-Leninistas
(CIPOML), que fue calurosamente ovacionado.
Ese mismo día, las delegaciones
fraternales fueron recibidas por la camarada
Nexhmije Hoxha y su familia, que
mantuvo una animada conversación.
Al día siguiente tuvo lugar una ofrenda de
flores en la tumba de Enver Hoxha, que
quedó completamente cubierta por coronas
y ramos de flores llegados de todo
el país.
Todos los actos organizados en
honor de Enver Hoxha, fueron organizados
por los camaradas albaneses del Partido
y otras organizaciones, sin que ningún
organismo oficial apoyara o participara en
dichos actos. Al contrario, la reaccionaria
asociación de ex presos (anticomunistas
unos, y presos por delitos comunes, otros)
trataron de organizar una manifestación
en la Plaza central de Tirana. Pese a contar
con el apoyo del Gobierno de renegados,
no lograron reunir más de una cincuentena
de individuos de esa calaña.
En Albania, con una situación
económica desastrosa, la tarea de los camaradas
no es fácil, mas el entusiasmo
que ponen en la tarea, el tesón de comunistas,
su firme decisión, logrará victorias
sin duda. Los comunistas albaneses saben
que no están solos que con ellos están los
comunistas del mundo, con cuyo apoyo cuentan.
LAVDI ENVER HOXHA
de antaño: «Parti, Enver, kemi gati kurdo
here ¡» («¡Partido, Enver, estamos prestos¡
»)
En octubre, con motivo del centenario
del nacimiento de Enver Hoxha, se han
celebrado en Albania diversos actos. Los
principales tuvieron lugar en Tirana, con
un gran mitin en el Palacio de la Cultura,
cuya sala estaba llena a rebosar. Convocó
el partido Comunista de Albania, cuyo
presidente, Hysni Milloshi, pronunció un
importante discurso en el que resaltó la
figura de Enver Hoxha, como comunista,
luchador infatigable por la independencia
del país, internacionalista y gran marxista-
leninista. El camarada Milloshi fustigó
a los traidores que han destruido el socialismo
en Albania y colocado el país a los
pies de l imperialismo yanqui. Intervinieron
camaradas de distintas partes del país
así como representantes de las delegaciones
de partidos hermanos y organizaciones
revolucionarias llegadas de Europa y
América.
Nuestra delegación, fue la encargada
de presentar el saludo del Comité de
Coordinación de la Plataforma de Partidos
y organizaciones Marxista-Leninistas
(CIPOML), que fue calurosamente ovacionado.
Ese mismo día, las delegaciones
fraternales fueron recibidas por la camarada
Nexhmije Hoxha y su familia, que
mantuvo una animada conversación.
Al día siguiente tuvo lugar una ofrenda de
flores en la tumba de Enver Hoxha, que
quedó completamente cubierta por coronas
y ramos de flores llegados de todo
el país.
Todos los actos organizados en
honor de Enver Hoxha, fueron organizados
por los camaradas albaneses del Partido
y otras organizaciones, sin que ningún
organismo oficial apoyara o participara en
dichos actos. Al contrario, la reaccionaria
asociación de ex presos (anticomunistas
unos, y presos por delitos comunes, otros)
trataron de organizar una manifestación
en la Plaza central de Tirana. Pese a contar
con el apoyo del Gobierno de renegados,
no lograron reunir más de una cincuentena
de individuos de esa calaña.
En Albania, con una situación
económica desastrosa, la tarea de los camaradas
no es fácil, mas el entusiasmo
que ponen en la tarea, el tesón de comunistas,
su firme decisión, logrará victorias
sin duda. Los comunistas albaneses saben
que no están solos que con ellos están los
comunistas del mundo, con cuyo apoyo cuentan.
LAVDI ENVER HOXHA
sábado, 1 de noviembre de 2008
El lugar de Enver Hoxha en la historia de Albania y en el Movimiento Comunista y Revolucionario internacional
I
Con Enver Hoxha reivindicamos el socialismo y el comunismo como ideal de
sociedad en que se construye la justicia social y donde no hay lugar a la opresión
y explotación social sobre los trabajadores y el pueblo.
Con Enver perseveramos en colocar el análisis de clase como punto de partida
clave para la orientación revolucionaria del proyecto del cambio y la
transformación social, conscientes de que con el capitalismo ni dentro del
capitalismo hay lugar para aquel elevado ideal.
Tras la caída de los muros, la práctica de las potencias imperialistas confirma que
el capitalismo sigue siendo capitalismo y los trabajadores siguen siendo
explotados, generadores de la plusvalía que mantiene en pie el edificio social de
la sociedad burguesa. Esto es así independiente de la especulación de los voceros
del sistema y diletantes que pretenden un cambio en la naturaleza del sistema
capitalista a partir de las nuevas formas que adopta la explotación de la fuerza de
trabajo en virtud de la Revolución científico técnica y la compleja evolución del
capitalismo de fines de siglo XX.
En ese contexto es de principios aprovechar fechas señaladas como el aniversario
que nos convoca para destacar ante las actuales y futuras generaciones de revolucionarios, los aportes trascendentales que
figuras señaladas en los procesos de liberación protagonizados por los pueblos y la clase obrera, nos han legado, para que nos
apoyemos en ello y aceptemos el desafío de abordar las nuevas situaciones, nuevos retos que imponen las circunstancias en
que nos toca llevar adelante el ideal emancipador.
Con Enver refutamos la crítica del enemigo y el discurso diversionista de sectores intelectuales que, desde una postura
pretendidamente crítica y creadora, impugnan toda la herencia revolucionaria que en duras condiciones de lucha de clases
hubo de construir el movimiento marxista-leninista, en el cual la experiencia de Albania y los comunistas albaneses constituye
un importante eslabón.
II
La figura y la obra de Enver Hoxha, la experiencia de la lucha de liberación nacional del pueblo albanés y la actividad del
movimiento comunista y revolucionario internacional, devienen herramientas que ayudan a no perder el rumbo y perseverar en
la causa del socialismo sin dogmas improductivos ni traiciones viles.
¿Cuál es el lugar de Enver Hoxha en la historia de su país y del movimiento todo? El lugar de honor conquistado por su
pensamiento audaz, su obra teórica y su práctica consecuente.
Las elevadas conquistas económicas, sociales y culturales construidas por el pueblo albanés durante 40 años de vida
independiente y edificación del socialismo, están íntimamente vinculadas, a la obra de este comunista destacado.
A Enver Hoxha le correspondió muy temprano, en medio de la lucha clandestina contra el ocupante fascista, liderar el proceso
de lucha y organización que dio al traste con la fundación del Partido Comunista de Albania el 8 de noviembre de 1941 y la
construcción del Frente Antifascista de Liberación Nacional, organización vanguardia del pueblo albanés que coronaría victoriosa
su lucha por la expulsión de los ejércitos italiano y alemán y la edificación de la nueva Albania.
Sobre el rol del individuo en la historia…
Para los aquí reunidos resulta claro que los procesos sociales se suceden en el curso de la historia en virtud del protagonismo
de grupos, sectores y clases sociales y que por tanto no es un sujeto clarividente, tal o cual personalidad quien “hace la
historia”. Se sabe, sin embargo, que esos grupos y clases promueven sus propios liderazgos que eventualmente encarnan en
personalidades destacadas, los cuales en el marco de las circunstancias que les producen, actúan y marcan con su impronta los
acontecimientos y procesos de los cuales forman parte.
El individuo juega determinado rol en los procesos políticos y sociales, por tanto resulta pertinente que así como la burguesía
hace apología de sus ideólogos y dirigentes aventajados, los revolucionarios y marxista leninistas emulemos las figuras cuya
obra teórica y política a favor del socialismo trasciende la época en que actuaron.
Tal es el caso del camarada Enver Hoxha, que en ocasión del primer centenario de su natalicio nos convoca a ponderar la rica
experiencia de su obra revolucionaria.
III
Durante el proceso de lucha por la derrota y expulsión del ejército fascista italiano y el nazismo alemán, el Partido Comunista de
Albania supo aprender de la tradición de lucha patriótica del pueblo albanés y estimuló de manera especial la formación de sus
combatientes en esas enseñanzas. En esos esfuerzos por rescatar y recrear las luchas patrióticas seculares del pueblo albanés,
a Enver Hoxha correspondió jugar un papel especial.
Al pueblo había que convencerlo con hechos, con acciones, con política y propaganda de que ni el valor, ni el coraje, ni el
patriotismo, ni la lucidez política del albanés, de nuestros antepasados, se habían extinguido…
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domingo, 26 de octubre de 2008
ENVER HOXHA Y SU TIEMPO
1908-1985 ENVER HOXHA Y SU TIEMPO
Especial
Nils Andersson *
*Ensayista. Apoyó activamente la lucha del pueblo argelino por su liberación del yugo colonial francés. En los años sesenta apoyó decididamente la lucha contra el revisionismo moderno, y a los partidos y organizaciones en formación en Francia, Suecia, Suiza y España. Expulsado de Suiza por sus actividades políticos (fue fundador de la Organización de Comunistas de Suiza) vivió algunos años en Albania, donde trató personalmente a Enver Hoxha y otros dirigentes del PTA. Internacionalista de pro, nada de lo que atañe a la lucha de los pueblos le es ajeno.
Enver Hoxha nació en 1908, en una Albania en plena ebullición, las manifestaciones por la liberación del país de la dominación turca, se sucedían por doquier. Cuatro años tenía Enver cuando, en noviembre de 1912, Ismaël Kemal proclamó la independencia de Albania. Ese mismo año tuvo lugar en Londres la Conferencia de los embajadores de las grandes potencias (Alemania, Austria, Hungría, Francia, Italia, Gran Bretaña y Rusia) que reconoció formalmente al nuevo Estado, pero bajo tutela y con la designación de un príncipe alemán como «rey» de Albania y adjudicando a Serbia la mitad del territorio albanés: el problema de Kosovo había nacido. Doce años tenía Enver cuando, al finalizar la I Guerra Mundial, fue elegido el primer Parlamento nacional albanés. Grecia, y sobre todo Italia, no renunciaban a sus pretensiones; de nuevo los albaneses se rebelaron para exigir el reconocimiento de sus fronteras. Codiciada, peón en el tablero de las potencias, sólo unidos y en armas, dispondrían los albaneses del derecho a ser independientes. Cuando la Unión soviética denunció la «diplomacia secreta» de la que la joven Albania era uno de los instrumentos, el eco de la Revolución Bolchevique fue escuchado en las montañas albanesas.
En 1924, encabezada por la intelectualidad, la burguesía del Sur del país y los emigrantes de retorno a Albania, estalló la revolución democrática burguesa para derribar el gobierno de los grandes terratenientes, de los feudales y de los representantes del gran clero que conservaban las leyes otomanas y se negaban a la reforma agraria. El joven Enver se unió al movimiento. Con la revolución victoriosa, Fan Noli fue elegido jefe del Gobierno, pero seis meses después es derribado por las fuerzas reaccionarias: Ahmed Zogu, financiado por el extranjero (la Anglo-Persa Oil Company y la Standard
Oil), con el apoyo concretamente de Yugoslavia y de Grecia y un ejército de mercenarios, se hizo con el poder. Se hace proclamar Presidente de la República y luego rey de Albania. Los albaneses caen bajo la dictadura zoguista.
En esos fatídicos años, Enver Hoxha deja Jirokastra, su ciudad natal, para estudiar en la única escuela secundaria que había en Albania, el liceo francés de Korcha, tenía entonces 19 años. En el liceo descubre la literatura progresista y comunista, prohibida, que forman sus convicciones y compromisos. Otro elemento interviene en su toma de conciencia política: en los años 20 en Turquía la revolución kemalista se hace con el poder que estaba en manos de los señores feudales y los imanes, modifica las relaciones sociales, da el derecho de voto a las mujeres, establece el laicismo del Estado. Que en el antiguo imperio otomano, el cual durante siglos mantuvo a Albania en el oscurantismo, fuera posible romper con el feudalismo, impresiona al joven Enver.
El movimiento popular contra la dictadura zoguista es duramente reprimido. Enver Hoxha, que participa en las manifestaciones estudiantiles, es detenido y encarcelado. En 1930 marcha a Francia para continuar sus estudios. Allí entra en contacto con comunistas albaneses exilados y con «L’Humanité»2 2 Órgano central del Partido Comunista de Francia en cuyas páginas publica artículos de denuncia de «el régimen del patíbulo y las balas» del rey Zog. Le suprimen la beca y tiene que irse a Bruselas donde trabaja en el consulado de Albania, lo que le permite continuar sus estudios, empero, en 1936, despedido por sus actividades políticas vuelve a Albania. Allí enseña en una escuela de Tirana y luego en el instituto de Korcha, del que había sido alumno. Enver Hoxha milita en el Grupo comunista de Korcha. El movimiento comunista albanés adolece de divisiones ideológicas y dispersión en diversos grupos locales. El primer objetivo a alcanzar es el de unirse para constituir el partido.
Enver asume la responsabilidad de esa difícil y compleja tarea, cuando Italia en
1939 invade Albania sin que hubiese la menor protesta internacional. La lucha entonces cambia de naturaleza, el combate por la emancipación social y contra la dictadura foguista, desde ese momento se conjuga con la lucha de liberación nacional y con la necesidad de unificar a los comunistas en un solo partido, tarea de verdadera urgencia. Enver Hoxha es despedido de su puesto de profesor por sus actividades contra
el ocupante italiano, y el grupo de Korcha lo envía a Tirana para organizar la lucha antifascista y unificar a los comunistas. Para encubrir sus actividades políticas abre una floristería. Enver no sólo refuerza la organización comunista en la capital, sino que logra establecer lazos militantes con los patriotas que desde el primer día de la ocupación fascista habían iniciado la lucha armada contra el ocupante en la región de Peza, próxima a Tirana.
Identificado como uno de los organizadores de una multitudinaria manifestación en Tirana, fue condenado a muerte por contumacia y tuvo que pasar a la clandestinidad.
Para luchar contra la represión fascista, en noviembre de 1941, en una casa de encalados muros de Tirana, se constituyó el Partido Comunista albanés. Enver Hoxha es nombrado responsable del Comité Central provisional. Desde entonces desempeñó un papel determinante al frente del Partido y, luego, del Estado albanés.
¿Por qué recordamos esos años de infancia, de juventud, de adolescencia, y los primeros compromisos políticos de Enver Hoxha?
Porque, como él mismo escribió, «la juventud es el período en que se forma el carácter y se traza el camino que seguiremos en la vida.»
Los años en los que Enver Hoxha despertó a la conciencia política determinaron su línea política, tanto sobre la necesidad de combatir a la reacción para arrancar al país del feudalismo y la miseria, del analfabetismo y el oscurantismo, como para lograr que los albaneses se basaran en sus propias fuerzas para asegurar la independencia del país e impedir los designios de los enemigos del exterior. Basándose en los principios ideológicos del marxismo–leninismo se refería constantemente a las enseñanzas y lecciones de la historia de su pueblo y a la necesidad de no olvidar los acontecimientos que forjaron su compromiso comunista
Basarse en las propias fuerzas para asegurar la independencia del país y conjurar las amenazas exteriores
«Nuestro Partido ha considerado siempre como una de sus esenciales tareas permanente, la defensa de la Patria, de la libertad y de la independencia nacionales.»
Con esta firme conciencia, Enver Hoxha dirigió una lucha victoriosa contra el ocupante nazifascista y sus colaboradores albaneses. Organizador del Partido Comunista, que contaba con 200 miembros en su fundación, logró unir a las fuerzas patrióticas en la lucha armada de liberación nacional. Desde 1942 se suceden las operaciones guerrilleras. La insurrección y el poder popular se organizaron en Consejos de Liberación Nacional; se liberan territorios y en 1943 se constituye el Ejército de Liberación Nacional, el cual derrotó la gran ofensiva de las tropas nazis en el invierno de 1943-44. En la primavera, desde las zonas liberadas se lanzó un ataque general contra los ocupantes. El 29 de noviembre de 1944, Albania era liberada.
Bajo la dirección de E. Hoxha, los albaneses no sólo se liberaron del nazifascismo basándose en sus propias fuerzas, sin ayuda alguna de las fuerzas aliadas, además Enver se opuso intransigentemente a cualquier ingerencia anglo–estadounidense en la dirección de la lucha de liberación.
Rechazó el ultimátum del general Wilson que le conminaba a no llevar a cabo operaciones militares contra los colaboracionistas. Y cuando los ingleses desembarcaron en Saranda «para ayudar a la liberación del país», Enver dio la orden a sus guerrilleros de abrir el fuego si las tropas inglesas no reembarcaban.
Después de la liberación de Albania, los «aliados» anglo–estadounidenses se negaron a reconocer el nuevo Poder y apoyaron a los reaccionarios del interior.
Las elecciones a la Asamblea Constituyente dieron una amplia mayoría a los comunistas y a los patriotas. Al fracasar sus intentonas por derribar al nuevo régimen,
Gran Bretaña y Estados Unidos retiraron sus delegaciones de Albania. En 1946,la situación es de extrema tensión en la frontera con Grecia, debido a la guerra civil que enfrentaba a las fuerzas progresistas con las monárquicas, unos buques ingleses chocaron a lo largo de las costas albanesas con minas de la II Guerra
Mundial. El incidente quiso ser utilizado como pretexto para una intervención armada, empero, una vez más Enver Hoxha se negó a ceder ante las presiones y chantajes de los imperialistas.
Mas otros planes amenazaban la independencia de Albania. No hay situación más difícil que la de descubrir que aquel junto al que has luchado, la Yugoslavia de Tito, tenía también sus planes anexionistas. Durante la lucha de liberación, E. Hoxha, para evitar la división del frente antifascista, se opuso a las posturas chovinistas de la reacción albanesa sobre Kosovo y defendió el principio del respeto a las fronteras internacionales fijadas en 1912. La posición de Hoxha era la de que el problema de Kosovo debía ser discutido y solucionado entre estados socialistas después de la victoria sobre el nazismo. Tito no pensaba lo mismo. Su objetivo, en el marco de su proyecto de Federación Balcánica, era que Albania fuese la séptima provincia yugoslava. Para llevar a cabo su plan, impulsó una fracción en la dirección del partido comunista albanés.
Terminaba la guerra, Albania se encontraba en una situación económica harto difícil y el nuevo Poder se encontraba en fase de consolidación. Esa ingerencia en los asuntos albaneses creo una atmósfera de graves suspicacias en todo el país. En el seno del Movimiento Comunista, el joven partido comunista albanés osó enfrentarse a Tito, dirigente de uno de los partidos más prestigioso e influyente del Kominform. Este hecho demuestra el gran valor y determinación de Enver, sobre todo si se tiene en cuenta que el Partido Comunista de Albania, era el único Partido en el Poder que aún no había sido reconocido como miembro del Kominform (en lo que Tito tuvo mucho que ver). La Denuncia que llevó a cabo Stalin contra Tito, en 1948, permitió que la línea de independencia nacional de Enver Hoxha se impusiese.
Un nuevo problema surge en 1949, cuando las tropas monárquicas griegas atacaron Albania con el apoyo de aviones y artillería. El ejército albanés rechazó el ataque, pero continuaron las intentonas para derrocar el régimen socialista; fueron enviados a Albania grupos reaccionarios que fueron eliminados. Un senador estadounidense declaró, «la guerra de nervios contra Albania puede darse por perdida». Sin embargo el bloqueo y la presión ideológica continuaron.
En los años sesenta, Enver Hoxha se enfrentó a la línea revisionista de Kruschov, en defensa del marxismo-leninismo. Una vez más se trataba de salvaguardar la independencia del país, tan duramente conquistada. Kruschov pretendía transformar Albania en un paraíso turístico y se oponía a la política de desarrollo industrial y energético de Albania, sin cuyo desarrollo era imposible una verdadera independencia.
En la Conferencia de los partidos comunistas celebrada en Moscú en 1961, el partido albanés fue el único que se opuso abiertamente al PCUS, lo que le costó ser objeto de sarcasmos y presiones económicas.
Para hacer frente a las malas cosechas registradas, debido a razones atmosféricas, Albania necesitaba importar trigo. Kruschov hizo saber a los albaneses que si su Partido cedía, la URSS cubriría sus necesidades de trigo, y precisó con su particular «espíritu internacionalista», que esas necesidades «se podían cubrir con el trigo que las ratas se comían cada año en la URSS». Enver Hoxha respondió, «preferimos comer raíces antes que vender nuestra independencia y nuestros principios.»
La actitud de Enver Hoxha en la Conferencia de Moscú era de especial importancia, pues aunque conocía las divergencias entre el partido chino y el PCUS, ignoraba si Mao Tsetung y el PC chino estaban de acuerdo con su denuncia radical del revisionismo.
Enfrentarse a la política del PCUS era un acto grave y doloroso, pues podría romper lazos de profunda fraternidad con el pueblo soviético. Jamás Enver, en su condena de Kruschov identificó a la dirección revisionista con el pueblo soviético tan apreciado por él y por el pueblo albanés.
La profundización de las divergencias entre marxismo–leninismo y revisionismo unió en un mismo frente al partido chino y el albanés. En todos los continentes se organizaron partidos que rechazaban la vía revisionista. El Partido albanés, según las orientaciones de Enver Hoxha, desempeñó con arreglo a sus posibilidades, un papel internacionalista muy activo e importante, para ayudar, aconsejar y estructurar el movimiento marxista-leninista.
Mas de nuevo, en 1978, se produjo una nueva ruptura. China inició el camino de los compromisos con el imperialismo estadounidense. Albania, fortalecida pero aún pobre, debía someterse y doblegarse ante la política de las grandes potencias? ¿Tenía que renegar de sus principios? ¿Debería olvidar tantos sacrificios asumidos desde la ocupación italiana en 1912?
Enver sabía que la situación era difícil, pero no olvidaba las enseñanzas de la historia. Denunció la alianza con el imperialismo y el reparto del mundo entre las grandes potencias que decidían el destino de los pueblos. Consciente de que Albania podía ser aislada en los Balcanes, en Europa y en el mundo, que China llevaría las divergencias políticas a las relaciones económicas; que Albania sufriría un bloqueo económico incrementado, sin embargo Enver se negó, una vez más, a chalanear con la independencia de Albania.
Albania no podía cambiar el curso de la historia, empero es de Enver el mérito de haber alertado contra las corrientes revisionistas, contra las políticas imperialistas y neocoloniales. Para oponerse a las pretensiones externas, Enver trató de hacer de Albania una fortaleza, el pueblo asumió los sacrificios necesarios para mantener la independencia de la pequeña
Albania en las orillas del Adriático, pero no podía ella sola ser el dique contra la ofensiva general del capitalismo para establecer un nuevo orden social, neoliberal, en el que hoy vivimos y al que nos enfrentamos. Hoy, en el despacho del ministro de defensa de Albania, están juntas las banderas albanesa y estadounidense.
Ese solo hecho demuestra claramente lo que diferencia a Enver Hoxha de los lacayos del extranjero actualmente en el poder.
Combatir a la reacción para liberar al país del feudalismo y al pueblo de la miseria, el analfabetismo y el oscurantismo
«La lucha de clases llevada a cabo en todos los terrenos, es actualmente una lucha ideológica sobre todo, una lucha para ganar el espíritu y el corazón de las masas, una lucha contra la degeneración burguesa y revisionista, contra todos los residuos y manifestaciones extrañas
a nuestra ideología.»
En 1945, arrasada por la guerra, Albania no tenía más que unas pocas fábricas; las carreteras destruidas, no había ni un metro de vías ferroviarias; alguna central eléctrica; los campesinos trabajaban la tierra con arados de madera; el 80 % de la población era analfabeta; el porcentaje de jóvenes que iban a la escuela no llegaba a uno de cada cinco; el oscurantismo religioso obstaculizaba la transformación de la sociedad y la emancipación de la mujer; en el Norte del país, en la dote de la novia entregada a su esposo se incluía una bala que significaba su derecho de vida y muerte sobre su esposa; la venganza destrozaba familias…y con todo ello había que asegurar el pan. Esa era la situación que debía afrontar la dictadura del proletariado que reemplazó a las dictaduras zoguista, fascista y nazi. A partir de esta cruda realidad económica y del nivel de desarrollo de la sociedad, Enver Hoxha y los comunistas albaneses se movilizaron para llevar a cabo la revolución social, una tarea harto difícil, más dura y compleja aún, que la liberación del país.
La primera decisión revolucionaria tomada por la República Popular de Albania fue la de llevar a cabo la reforma agraria, por la que el pueblo había luchado durante décadas. Eran muy numerosos los campesinos sin tierra. Las propiedades de las siete grandes familias latifundistas, las de las instituciones religiosas y todas aquellas de más de cuarenta hectáreas son entregadas a más de 70.000 familias campesinas. En 1946, se constituyó la primera cooperativa agrícola. En la industria las fábricas más importantes y las de los extranjeros fueron nacionalizadas; se procedió a la concentración de las pequeñas empresas y el comercio exterior y el mayorista pasaron a estar bajo el control del Estado. El poder popular instituye la jornada de ocho horas. En 1947, el sector de los pequeños productores era el 80% de la economía nacional, el sector socialista el 15% y el sector privado el 5%.
En 1951 se elaboró el Primer Plan
Quinquenal, sirviendo de ejemplo el modelo soviético, pero aplicado a las condiciones del país, lo que exigía personas competentes en todos los aspectos de la vida social y económica para poder regular las condiciones creadas por la revolución proletaria, condiciones desigualmente desarrolladas, en el país más atrasado de Europa. La realidad socio-económica del país llevó al Partido en su I
Congreso después de haber hecho fracasar las ambiciones de Tito, a tomar el nombre de Partido del Trabajo (los seguidores de Tito trataron de impedir ese congreso, para facilitar la anexión).
Dirigente, educador y pedagogo, Enver Hoxha se esforzó siempre por elevar el nivel ideológico y cultural del pueblo. La emancipación de la mujer, auténtica revolución en un país feudal, es un fundamento del socialismo. Enver criticaba a los hombres que son comunistas en su trabajo y en todas partes, menos en sus casas, tanto sobre las tareas domésticas como sobre la educación de los hijos. Para acabar con los matrimonios impuestos a las chicas por sus padres, acordados desde la edad de 10 años e incluso antes, con hombres 15 o 20 años mayores que ellas, el partido favorecía que se marchasen de sus casas con el joven que ellas escogieran libremente.
Había padres que se sentían deshonrados al no ser respetada la palabra que habían dado, pero las mujeres que habían pasado por esas condiciones apoyaban firmemente a sus hijas. Fue necesario, también, luchar para que las chicas fuesen a la escuela, pues según la tradición, una vez casadas pertenecían a la familia del marido, mientras que los hijos se quedaban en la casa de sus padres.
Otro frente era el de la educación comunista de la juventud, para la que se utilizaron los talleres de construcción de raíles, en los que miles de jóvenes trabajan
por períodos para desarrollar la economía del país, cierto es, pero sobre todo, ello les permite a los jóvenes de cooperativas agrícolas reunirse con los jóvenes estudiantes, con las chicas que llegaban de las montañas, hablar con los jóvenes obreros de las fábricas, es decir, era un medio más para conocer aspectos distintos de sus vidas. Con ello se combatían también los prejuicios religiosos y las costumbres retrógradas, se habría horizontes desconocidos que rompían la estrechez del marco de la familia, de la aldea, de la región.
En ese país en el que sólo había una escuela secundaria, se podía ya acceder a la enseñanza universitaria.
En 1978, la UNESCO declaró que Albania poseía el porcentaje de estudiantes mayor de Europa, proporcionalmente a su población. La enseñanza era totalmente gratuita. Lo mismo se consiguió en la sanidad; la malaria fue completamente erradicada; se formaron médicos, especialistas; los hospitales no eran clínicas de lujo, pero al igual que en la enseñanza, todo era gratuito. Aun siendo todavía difícil la situación económica, el sistema socialista demostró cómo se pueden atender los intereses vitales culturales y de la salud para el pueblo.
El desarrollo económico del país, es vital para transformar la sociedad; un objetivo esencial fue el de la electrificación, para lo que se necesitó construir importantes pantanos, centrales y facilitar el acceso a la red eléctrica a toda la población.
Al principio de los años 70 había países europeos más desarrollados, pero sin electrificar totalmente. En Albania la electrificación se llevó hasta las aldeas más recónditas, transformando la vidade la gente. Albania incluso se convirtió en país exportador de energía eléctrica.
La lucha ideológica es una cuestión principal, y para Enver Hoxha una constante preocupación. La educación comunista se llevó a cabo en todos los aspectos de la vida. Enver lanzó la lucha contra el burocratismo, esa gangrena que ineluctablemente se infiltra en el partido y el Estado, si no se revoluciona constantemente la sociedad, ya sea mediante el control obrero, largo proceso que debe permitir a cada cual tener la competencia de controlar todos los niveles de la producción y del funcionamiento de las instituciones estatales, o mediante la participación de los cuadros de las empresas en tareas directas de la producción para mejor conocer las condiciones de trabajo de los obreros y percibir mejor posibles innovaciones.
Para Enver Hoxha el conjunto de las luchas llevadas a cabo en el frente ideológico debía tener el objetivo de «aprender a conocer a fondo la psicología del pueblo y de los hombres», pues, como él mismo repetía, «son los hombres y las mujeres quienes hacen las revoluciones, pero también son hombres y mujeres los que hacen las contrarrevoluciones.»
Un hombre, un comunista forjado por su tiempoEnver Hoxha dirigió el partido albanés
y Albania en una fase histórica determinada, la de la «guerra civil internacional», en la que, desde 1917, una confrontación ideológica irreductible opone el campo capitalista al campo socialista. Comprometido en ese gran conflicto del siglo XX, Enver Hoxha jamás estableció compromiso alguno ni con el imperialismo ni con el revisionismo.
Quien no ha conocido la ocupación, el colonialismo, el fascismo, no puede saber lo que representa para un pueblo ser libre e independiente; Enver Hoxha dio a su pueblo ese orgullo. Quien no ha conocido el feudalismo, la miseria, el analfabetismo y el oscurantismo, no puede saber el estado de opresión a que son sometidos los hombres y las mujeres. Enver logró que los albaneses salieran del medievo y conociesen el progreso.
Ya antes de su desaparición, efectos conjugados de la ofensiva delcapitalismo por imponer el nuevo orden internacional neoliberal, y la degeneración revisionista, modificó profundamente el curso de la historia mundial. Albania socialista, sometida a un bloqueo económico, aislada políticamente, sufrió la ley de la nueva relación de fuerzas. La implosión de la Unión Soviética, la nueva línea de China, la victoria, provisional pero general, del capitalismo y del imperialismo en los años 90, fueron de una presión ideológica tal y una asfixia económica que el poder socialista no pudo resistir. En Albania se hicieron con el poder arrivistas, corruptos y la mafia. Hoy es un país desacreditado que vive tutelado por los Estados Unidos y las subvenciones de Europa y en la que muchos albaneses
(¡Dolorosa constatación!) Se avergüenzan del país del que habían estado orgullosos. Las etapas históricas cubiertas por Albania, de un país sometido y ocupado a un Estado libre e independiente; las grandes transformaciones de una sociedad que pasa del feudalismo a una sociedad más avanzada; la extraordinaria evolución del pensamiento en las generaciones nacidas bajo la dictadura foguista, al creado en el socialismo, es la obra de Enver Hoxha. Empero, debemos sacar las lecciones de la historia, de la derrota política del socialismo en los años 90. No podemos dejar de plantearnos interrogantes sobre la licuefacción ideológica registrada en Albania actualmente.
A todo revolucionario se le plantean problemas que no puede resolver, es ley de vida. La nueva capacidad de iniciativa exigida, las nuevas fuerzas creadoras necesarias para tener plena conciencia de las transformaciones de la sociedad, de las condiciones de vida, de la elevación del nivel cultural, por los logros del socialismo y de las enseñanzas del marxismo, son cuestiones harto delicadas y difíciles de resolver. Más debemos responder a esos interrogantes para estar en condiciones de interpretar la disolución ideológica de Albania socialista. Nuestra tarea es comprenderlo como hizo Enver Hoxha, esto es, resolver como comunista, como marxista–leninista, los problemas que se le plantearon en su tiempo. Nosotros como comunistas, como marxista–leninistas, debemos estar en condiciones de resolver los problemas planteados en la actual fase histórica.
Especial
Nils Andersson *
*Ensayista. Apoyó activamente la lucha del pueblo argelino por su liberación del yugo colonial francés. En los años sesenta apoyó decididamente la lucha contra el revisionismo moderno, y a los partidos y organizaciones en formación en Francia, Suecia, Suiza y España. Expulsado de Suiza por sus actividades políticos (fue fundador de la Organización de Comunistas de Suiza) vivió algunos años en Albania, donde trató personalmente a Enver Hoxha y otros dirigentes del PTA. Internacionalista de pro, nada de lo que atañe a la lucha de los pueblos le es ajeno.
Enver Hoxha nació en 1908, en una Albania en plena ebullición, las manifestaciones por la liberación del país de la dominación turca, se sucedían por doquier. Cuatro años tenía Enver cuando, en noviembre de 1912, Ismaël Kemal proclamó la independencia de Albania. Ese mismo año tuvo lugar en Londres la Conferencia de los embajadores de las grandes potencias (Alemania, Austria, Hungría, Francia, Italia, Gran Bretaña y Rusia) que reconoció formalmente al nuevo Estado, pero bajo tutela y con la designación de un príncipe alemán como «rey» de Albania y adjudicando a Serbia la mitad del territorio albanés: el problema de Kosovo había nacido. Doce años tenía Enver cuando, al finalizar la I Guerra Mundial, fue elegido el primer Parlamento nacional albanés. Grecia, y sobre todo Italia, no renunciaban a sus pretensiones; de nuevo los albaneses se rebelaron para exigir el reconocimiento de sus fronteras. Codiciada, peón en el tablero de las potencias, sólo unidos y en armas, dispondrían los albaneses del derecho a ser independientes. Cuando la Unión soviética denunció la «diplomacia secreta» de la que la joven Albania era uno de los instrumentos, el eco de la Revolución Bolchevique fue escuchado en las montañas albanesas.
En 1924, encabezada por la intelectualidad, la burguesía del Sur del país y los emigrantes de retorno a Albania, estalló la revolución democrática burguesa para derribar el gobierno de los grandes terratenientes, de los feudales y de los representantes del gran clero que conservaban las leyes otomanas y se negaban a la reforma agraria. El joven Enver se unió al movimiento. Con la revolución victoriosa, Fan Noli fue elegido jefe del Gobierno, pero seis meses después es derribado por las fuerzas reaccionarias: Ahmed Zogu, financiado por el extranjero (la Anglo-Persa Oil Company y la Standard
Oil), con el apoyo concretamente de Yugoslavia y de Grecia y un ejército de mercenarios, se hizo con el poder. Se hace proclamar Presidente de la República y luego rey de Albania. Los albaneses caen bajo la dictadura zoguista.
En esos fatídicos años, Enver Hoxha deja Jirokastra, su ciudad natal, para estudiar en la única escuela secundaria que había en Albania, el liceo francés de Korcha, tenía entonces 19 años. En el liceo descubre la literatura progresista y comunista, prohibida, que forman sus convicciones y compromisos. Otro elemento interviene en su toma de conciencia política: en los años 20 en Turquía la revolución kemalista se hace con el poder que estaba en manos de los señores feudales y los imanes, modifica las relaciones sociales, da el derecho de voto a las mujeres, establece el laicismo del Estado. Que en el antiguo imperio otomano, el cual durante siglos mantuvo a Albania en el oscurantismo, fuera posible romper con el feudalismo, impresiona al joven Enver.
El movimiento popular contra la dictadura zoguista es duramente reprimido. Enver Hoxha, que participa en las manifestaciones estudiantiles, es detenido y encarcelado. En 1930 marcha a Francia para continuar sus estudios. Allí entra en contacto con comunistas albaneses exilados y con «L’Humanité»2 2 Órgano central del Partido Comunista de Francia en cuyas páginas publica artículos de denuncia de «el régimen del patíbulo y las balas» del rey Zog. Le suprimen la beca y tiene que irse a Bruselas donde trabaja en el consulado de Albania, lo que le permite continuar sus estudios, empero, en 1936, despedido por sus actividades políticas vuelve a Albania. Allí enseña en una escuela de Tirana y luego en el instituto de Korcha, del que había sido alumno. Enver Hoxha milita en el Grupo comunista de Korcha. El movimiento comunista albanés adolece de divisiones ideológicas y dispersión en diversos grupos locales. El primer objetivo a alcanzar es el de unirse para constituir el partido.
Enver asume la responsabilidad de esa difícil y compleja tarea, cuando Italia en
1939 invade Albania sin que hubiese la menor protesta internacional. La lucha entonces cambia de naturaleza, el combate por la emancipación social y contra la dictadura foguista, desde ese momento se conjuga con la lucha de liberación nacional y con la necesidad de unificar a los comunistas en un solo partido, tarea de verdadera urgencia. Enver Hoxha es despedido de su puesto de profesor por sus actividades contra
el ocupante italiano, y el grupo de Korcha lo envía a Tirana para organizar la lucha antifascista y unificar a los comunistas. Para encubrir sus actividades políticas abre una floristería. Enver no sólo refuerza la organización comunista en la capital, sino que logra establecer lazos militantes con los patriotas que desde el primer día de la ocupación fascista habían iniciado la lucha armada contra el ocupante en la región de Peza, próxima a Tirana.
Identificado como uno de los organizadores de una multitudinaria manifestación en Tirana, fue condenado a muerte por contumacia y tuvo que pasar a la clandestinidad.
Para luchar contra la represión fascista, en noviembre de 1941, en una casa de encalados muros de Tirana, se constituyó el Partido Comunista albanés. Enver Hoxha es nombrado responsable del Comité Central provisional. Desde entonces desempeñó un papel determinante al frente del Partido y, luego, del Estado albanés.
¿Por qué recordamos esos años de infancia, de juventud, de adolescencia, y los primeros compromisos políticos de Enver Hoxha?
Porque, como él mismo escribió, «la juventud es el período en que se forma el carácter y se traza el camino que seguiremos en la vida.»
Los años en los que Enver Hoxha despertó a la conciencia política determinaron su línea política, tanto sobre la necesidad de combatir a la reacción para arrancar al país del feudalismo y la miseria, del analfabetismo y el oscurantismo, como para lograr que los albaneses se basaran en sus propias fuerzas para asegurar la independencia del país e impedir los designios de los enemigos del exterior. Basándose en los principios ideológicos del marxismo–leninismo se refería constantemente a las enseñanzas y lecciones de la historia de su pueblo y a la necesidad de no olvidar los acontecimientos que forjaron su compromiso comunista
Basarse en las propias fuerzas para asegurar la independencia del país y conjurar las amenazas exteriores
«Nuestro Partido ha considerado siempre como una de sus esenciales tareas permanente, la defensa de la Patria, de la libertad y de la independencia nacionales.»
Con esta firme conciencia, Enver Hoxha dirigió una lucha victoriosa contra el ocupante nazifascista y sus colaboradores albaneses. Organizador del Partido Comunista, que contaba con 200 miembros en su fundación, logró unir a las fuerzas patrióticas en la lucha armada de liberación nacional. Desde 1942 se suceden las operaciones guerrilleras. La insurrección y el poder popular se organizaron en Consejos de Liberación Nacional; se liberan territorios y en 1943 se constituye el Ejército de Liberación Nacional, el cual derrotó la gran ofensiva de las tropas nazis en el invierno de 1943-44. En la primavera, desde las zonas liberadas se lanzó un ataque general contra los ocupantes. El 29 de noviembre de 1944, Albania era liberada.
Bajo la dirección de E. Hoxha, los albaneses no sólo se liberaron del nazifascismo basándose en sus propias fuerzas, sin ayuda alguna de las fuerzas aliadas, además Enver se opuso intransigentemente a cualquier ingerencia anglo–estadounidense en la dirección de la lucha de liberación.
Rechazó el ultimátum del general Wilson que le conminaba a no llevar a cabo operaciones militares contra los colaboracionistas. Y cuando los ingleses desembarcaron en Saranda «para ayudar a la liberación del país», Enver dio la orden a sus guerrilleros de abrir el fuego si las tropas inglesas no reembarcaban.
Después de la liberación de Albania, los «aliados» anglo–estadounidenses se negaron a reconocer el nuevo Poder y apoyaron a los reaccionarios del interior.
Las elecciones a la Asamblea Constituyente dieron una amplia mayoría a los comunistas y a los patriotas. Al fracasar sus intentonas por derribar al nuevo régimen,
Gran Bretaña y Estados Unidos retiraron sus delegaciones de Albania. En 1946,la situación es de extrema tensión en la frontera con Grecia, debido a la guerra civil que enfrentaba a las fuerzas progresistas con las monárquicas, unos buques ingleses chocaron a lo largo de las costas albanesas con minas de la II Guerra
Mundial. El incidente quiso ser utilizado como pretexto para una intervención armada, empero, una vez más Enver Hoxha se negó a ceder ante las presiones y chantajes de los imperialistas.
Mas otros planes amenazaban la independencia de Albania. No hay situación más difícil que la de descubrir que aquel junto al que has luchado, la Yugoslavia de Tito, tenía también sus planes anexionistas. Durante la lucha de liberación, E. Hoxha, para evitar la división del frente antifascista, se opuso a las posturas chovinistas de la reacción albanesa sobre Kosovo y defendió el principio del respeto a las fronteras internacionales fijadas en 1912. La posición de Hoxha era la de que el problema de Kosovo debía ser discutido y solucionado entre estados socialistas después de la victoria sobre el nazismo. Tito no pensaba lo mismo. Su objetivo, en el marco de su proyecto de Federación Balcánica, era que Albania fuese la séptima provincia yugoslava. Para llevar a cabo su plan, impulsó una fracción en la dirección del partido comunista albanés.
Terminaba la guerra, Albania se encontraba en una situación económica harto difícil y el nuevo Poder se encontraba en fase de consolidación. Esa ingerencia en los asuntos albaneses creo una atmósfera de graves suspicacias en todo el país. En el seno del Movimiento Comunista, el joven partido comunista albanés osó enfrentarse a Tito, dirigente de uno de los partidos más prestigioso e influyente del Kominform. Este hecho demuestra el gran valor y determinación de Enver, sobre todo si se tiene en cuenta que el Partido Comunista de Albania, era el único Partido en el Poder que aún no había sido reconocido como miembro del Kominform (en lo que Tito tuvo mucho que ver). La Denuncia que llevó a cabo Stalin contra Tito, en 1948, permitió que la línea de independencia nacional de Enver Hoxha se impusiese.
Un nuevo problema surge en 1949, cuando las tropas monárquicas griegas atacaron Albania con el apoyo de aviones y artillería. El ejército albanés rechazó el ataque, pero continuaron las intentonas para derrocar el régimen socialista; fueron enviados a Albania grupos reaccionarios que fueron eliminados. Un senador estadounidense declaró, «la guerra de nervios contra Albania puede darse por perdida». Sin embargo el bloqueo y la presión ideológica continuaron.
En los años sesenta, Enver Hoxha se enfrentó a la línea revisionista de Kruschov, en defensa del marxismo-leninismo. Una vez más se trataba de salvaguardar la independencia del país, tan duramente conquistada. Kruschov pretendía transformar Albania en un paraíso turístico y se oponía a la política de desarrollo industrial y energético de Albania, sin cuyo desarrollo era imposible una verdadera independencia.
En la Conferencia de los partidos comunistas celebrada en Moscú en 1961, el partido albanés fue el único que se opuso abiertamente al PCUS, lo que le costó ser objeto de sarcasmos y presiones económicas.
Para hacer frente a las malas cosechas registradas, debido a razones atmosféricas, Albania necesitaba importar trigo. Kruschov hizo saber a los albaneses que si su Partido cedía, la URSS cubriría sus necesidades de trigo, y precisó con su particular «espíritu internacionalista», que esas necesidades «se podían cubrir con el trigo que las ratas se comían cada año en la URSS». Enver Hoxha respondió, «preferimos comer raíces antes que vender nuestra independencia y nuestros principios.»
La actitud de Enver Hoxha en la Conferencia de Moscú era de especial importancia, pues aunque conocía las divergencias entre el partido chino y el PCUS, ignoraba si Mao Tsetung y el PC chino estaban de acuerdo con su denuncia radical del revisionismo.
Enfrentarse a la política del PCUS era un acto grave y doloroso, pues podría romper lazos de profunda fraternidad con el pueblo soviético. Jamás Enver, en su condena de Kruschov identificó a la dirección revisionista con el pueblo soviético tan apreciado por él y por el pueblo albanés.
La profundización de las divergencias entre marxismo–leninismo y revisionismo unió en un mismo frente al partido chino y el albanés. En todos los continentes se organizaron partidos que rechazaban la vía revisionista. El Partido albanés, según las orientaciones de Enver Hoxha, desempeñó con arreglo a sus posibilidades, un papel internacionalista muy activo e importante, para ayudar, aconsejar y estructurar el movimiento marxista-leninista.
Mas de nuevo, en 1978, se produjo una nueva ruptura. China inició el camino de los compromisos con el imperialismo estadounidense. Albania, fortalecida pero aún pobre, debía someterse y doblegarse ante la política de las grandes potencias? ¿Tenía que renegar de sus principios? ¿Debería olvidar tantos sacrificios asumidos desde la ocupación italiana en 1912?
Enver sabía que la situación era difícil, pero no olvidaba las enseñanzas de la historia. Denunció la alianza con el imperialismo y el reparto del mundo entre las grandes potencias que decidían el destino de los pueblos. Consciente de que Albania podía ser aislada en los Balcanes, en Europa y en el mundo, que China llevaría las divergencias políticas a las relaciones económicas; que Albania sufriría un bloqueo económico incrementado, sin embargo Enver se negó, una vez más, a chalanear con la independencia de Albania.
Albania no podía cambiar el curso de la historia, empero es de Enver el mérito de haber alertado contra las corrientes revisionistas, contra las políticas imperialistas y neocoloniales. Para oponerse a las pretensiones externas, Enver trató de hacer de Albania una fortaleza, el pueblo asumió los sacrificios necesarios para mantener la independencia de la pequeña
Albania en las orillas del Adriático, pero no podía ella sola ser el dique contra la ofensiva general del capitalismo para establecer un nuevo orden social, neoliberal, en el que hoy vivimos y al que nos enfrentamos. Hoy, en el despacho del ministro de defensa de Albania, están juntas las banderas albanesa y estadounidense.
Ese solo hecho demuestra claramente lo que diferencia a Enver Hoxha de los lacayos del extranjero actualmente en el poder.
Combatir a la reacción para liberar al país del feudalismo y al pueblo de la miseria, el analfabetismo y el oscurantismo
«La lucha de clases llevada a cabo en todos los terrenos, es actualmente una lucha ideológica sobre todo, una lucha para ganar el espíritu y el corazón de las masas, una lucha contra la degeneración burguesa y revisionista, contra todos los residuos y manifestaciones extrañas
a nuestra ideología.»
En 1945, arrasada por la guerra, Albania no tenía más que unas pocas fábricas; las carreteras destruidas, no había ni un metro de vías ferroviarias; alguna central eléctrica; los campesinos trabajaban la tierra con arados de madera; el 80 % de la población era analfabeta; el porcentaje de jóvenes que iban a la escuela no llegaba a uno de cada cinco; el oscurantismo religioso obstaculizaba la transformación de la sociedad y la emancipación de la mujer; en el Norte del país, en la dote de la novia entregada a su esposo se incluía una bala que significaba su derecho de vida y muerte sobre su esposa; la venganza destrozaba familias…y con todo ello había que asegurar el pan. Esa era la situación que debía afrontar la dictadura del proletariado que reemplazó a las dictaduras zoguista, fascista y nazi. A partir de esta cruda realidad económica y del nivel de desarrollo de la sociedad, Enver Hoxha y los comunistas albaneses se movilizaron para llevar a cabo la revolución social, una tarea harto difícil, más dura y compleja aún, que la liberación del país.
La primera decisión revolucionaria tomada por la República Popular de Albania fue la de llevar a cabo la reforma agraria, por la que el pueblo había luchado durante décadas. Eran muy numerosos los campesinos sin tierra. Las propiedades de las siete grandes familias latifundistas, las de las instituciones religiosas y todas aquellas de más de cuarenta hectáreas son entregadas a más de 70.000 familias campesinas. En 1946, se constituyó la primera cooperativa agrícola. En la industria las fábricas más importantes y las de los extranjeros fueron nacionalizadas; se procedió a la concentración de las pequeñas empresas y el comercio exterior y el mayorista pasaron a estar bajo el control del Estado. El poder popular instituye la jornada de ocho horas. En 1947, el sector de los pequeños productores era el 80% de la economía nacional, el sector socialista el 15% y el sector privado el 5%.
En 1951 se elaboró el Primer Plan
Quinquenal, sirviendo de ejemplo el modelo soviético, pero aplicado a las condiciones del país, lo que exigía personas competentes en todos los aspectos de la vida social y económica para poder regular las condiciones creadas por la revolución proletaria, condiciones desigualmente desarrolladas, en el país más atrasado de Europa. La realidad socio-económica del país llevó al Partido en su I
Congreso después de haber hecho fracasar las ambiciones de Tito, a tomar el nombre de Partido del Trabajo (los seguidores de Tito trataron de impedir ese congreso, para facilitar la anexión).
Dirigente, educador y pedagogo, Enver Hoxha se esforzó siempre por elevar el nivel ideológico y cultural del pueblo. La emancipación de la mujer, auténtica revolución en un país feudal, es un fundamento del socialismo. Enver criticaba a los hombres que son comunistas en su trabajo y en todas partes, menos en sus casas, tanto sobre las tareas domésticas como sobre la educación de los hijos. Para acabar con los matrimonios impuestos a las chicas por sus padres, acordados desde la edad de 10 años e incluso antes, con hombres 15 o 20 años mayores que ellas, el partido favorecía que se marchasen de sus casas con el joven que ellas escogieran libremente.
Había padres que se sentían deshonrados al no ser respetada la palabra que habían dado, pero las mujeres que habían pasado por esas condiciones apoyaban firmemente a sus hijas. Fue necesario, también, luchar para que las chicas fuesen a la escuela, pues según la tradición, una vez casadas pertenecían a la familia del marido, mientras que los hijos se quedaban en la casa de sus padres.
Otro frente era el de la educación comunista de la juventud, para la que se utilizaron los talleres de construcción de raíles, en los que miles de jóvenes trabajan
por períodos para desarrollar la economía del país, cierto es, pero sobre todo, ello les permite a los jóvenes de cooperativas agrícolas reunirse con los jóvenes estudiantes, con las chicas que llegaban de las montañas, hablar con los jóvenes obreros de las fábricas, es decir, era un medio más para conocer aspectos distintos de sus vidas. Con ello se combatían también los prejuicios religiosos y las costumbres retrógradas, se habría horizontes desconocidos que rompían la estrechez del marco de la familia, de la aldea, de la región.
En ese país en el que sólo había una escuela secundaria, se podía ya acceder a la enseñanza universitaria.
En 1978, la UNESCO declaró que Albania poseía el porcentaje de estudiantes mayor de Europa, proporcionalmente a su población. La enseñanza era totalmente gratuita. Lo mismo se consiguió en la sanidad; la malaria fue completamente erradicada; se formaron médicos, especialistas; los hospitales no eran clínicas de lujo, pero al igual que en la enseñanza, todo era gratuito. Aun siendo todavía difícil la situación económica, el sistema socialista demostró cómo se pueden atender los intereses vitales culturales y de la salud para el pueblo.
El desarrollo económico del país, es vital para transformar la sociedad; un objetivo esencial fue el de la electrificación, para lo que se necesitó construir importantes pantanos, centrales y facilitar el acceso a la red eléctrica a toda la población.
Al principio de los años 70 había países europeos más desarrollados, pero sin electrificar totalmente. En Albania la electrificación se llevó hasta las aldeas más recónditas, transformando la vidade la gente. Albania incluso se convirtió en país exportador de energía eléctrica.
La lucha ideológica es una cuestión principal, y para Enver Hoxha una constante preocupación. La educación comunista se llevó a cabo en todos los aspectos de la vida. Enver lanzó la lucha contra el burocratismo, esa gangrena que ineluctablemente se infiltra en el partido y el Estado, si no se revoluciona constantemente la sociedad, ya sea mediante el control obrero, largo proceso que debe permitir a cada cual tener la competencia de controlar todos los niveles de la producción y del funcionamiento de las instituciones estatales, o mediante la participación de los cuadros de las empresas en tareas directas de la producción para mejor conocer las condiciones de trabajo de los obreros y percibir mejor posibles innovaciones.
Para Enver Hoxha el conjunto de las luchas llevadas a cabo en el frente ideológico debía tener el objetivo de «aprender a conocer a fondo la psicología del pueblo y de los hombres», pues, como él mismo repetía, «son los hombres y las mujeres quienes hacen las revoluciones, pero también son hombres y mujeres los que hacen las contrarrevoluciones.»
Un hombre, un comunista forjado por su tiempoEnver Hoxha dirigió el partido albanés
y Albania en una fase histórica determinada, la de la «guerra civil internacional», en la que, desde 1917, una confrontación ideológica irreductible opone el campo capitalista al campo socialista. Comprometido en ese gran conflicto del siglo XX, Enver Hoxha jamás estableció compromiso alguno ni con el imperialismo ni con el revisionismo.
Quien no ha conocido la ocupación, el colonialismo, el fascismo, no puede saber lo que representa para un pueblo ser libre e independiente; Enver Hoxha dio a su pueblo ese orgullo. Quien no ha conocido el feudalismo, la miseria, el analfabetismo y el oscurantismo, no puede saber el estado de opresión a que son sometidos los hombres y las mujeres. Enver logró que los albaneses salieran del medievo y conociesen el progreso.
Ya antes de su desaparición, efectos conjugados de la ofensiva delcapitalismo por imponer el nuevo orden internacional neoliberal, y la degeneración revisionista, modificó profundamente el curso de la historia mundial. Albania socialista, sometida a un bloqueo económico, aislada políticamente, sufrió la ley de la nueva relación de fuerzas. La implosión de la Unión Soviética, la nueva línea de China, la victoria, provisional pero general, del capitalismo y del imperialismo en los años 90, fueron de una presión ideológica tal y una asfixia económica que el poder socialista no pudo resistir. En Albania se hicieron con el poder arrivistas, corruptos y la mafia. Hoy es un país desacreditado que vive tutelado por los Estados Unidos y las subvenciones de Europa y en la que muchos albaneses
(¡Dolorosa constatación!) Se avergüenzan del país del que habían estado orgullosos. Las etapas históricas cubiertas por Albania, de un país sometido y ocupado a un Estado libre e independiente; las grandes transformaciones de una sociedad que pasa del feudalismo a una sociedad más avanzada; la extraordinaria evolución del pensamiento en las generaciones nacidas bajo la dictadura foguista, al creado en el socialismo, es la obra de Enver Hoxha. Empero, debemos sacar las lecciones de la historia, de la derrota política del socialismo en los años 90. No podemos dejar de plantearnos interrogantes sobre la licuefacción ideológica registrada en Albania actualmente.
A todo revolucionario se le plantean problemas que no puede resolver, es ley de vida. La nueva capacidad de iniciativa exigida, las nuevas fuerzas creadoras necesarias para tener plena conciencia de las transformaciones de la sociedad, de las condiciones de vida, de la elevación del nivel cultural, por los logros del socialismo y de las enseñanzas del marxismo, son cuestiones harto delicadas y difíciles de resolver. Más debemos responder a esos interrogantes para estar en condiciones de interpretar la disolución ideológica de Albania socialista. Nuestra tarea es comprenderlo como hizo Enver Hoxha, esto es, resolver como comunista, como marxista–leninista, los problemas que se le plantearon en su tiempo. Nosotros como comunistas, como marxista–leninistas, debemos estar en condiciones de resolver los problemas planteados en la actual fase histórica.
miércoles, 23 de julio de 2008
MI PADRE Enver Hoxha
Mi padre, Enver Hoxha
por Ilir Hoxha*
*Hijo del camarda Enver Hoxha. Trece años después de la muerte de su padre, en 1985, publicó esta memoria dedicada a su padre.
(Publicado en Tirana, Albania 1998)
Traducido del ingles al español por JNTE .PRÓLOGO Escribí estas memorias durante un año de prisión por el “democrático estado de Albania'” porque me dio una entrevista en la que respondí a las preguntas que me dio un periodista del periódico 'Modesto' acerca de mi padre, Enver Hoxha.
En el tribunal dejé en claro que, a pesar de la inspiración política y la vengativa naturaleza del castigo infligido hacia mí; nadie debe permitirse pensar que yo podría tener miedo de hablar la verdad sobre mi padre o sobre el lejano y reciente pasado de Albania. Aparte del placer que me dio escribir estas memorias en defensa a un ser querido a un gran ser humano. En estas memorias, he descrito a mi padre como lo conocí mientras él estuvo vivo durante la vida que compartimos. Él era un padre modelo que nos amó, nos reprendió, aconsejado nos y nos enseño la moral social. Él era igual que padre para nuestros hijos, para sus nietos y nietas. Lo conocí como líder que trabajó toda su vida para Albania y su pueblo.
Él fue el arquitecto principal de la gran victoria que el pueblo alcanzó en la guerra de la liberación nacional, derrotando con nuestras propias fuerzas a las potencias Nazi-Fascistas y sus colaboradores, consiguiendo que Albania coloque el hombro junto a las victoriosas potencias aliadas.
La consolidación y la reconstrucción del país; su aparición a partir de siglos de atraso y de la destrucción total que había sufrido en la guerra; el desarrollo de la industria y la colocación de la agricultura sobre una base científica; la construcción de una red de energía eléctrica a escala nacional ; el desarrollo del arte, de la cultura, de la educación y de la ciencia; la emancipación de la mujer; el lugar honrado que Albania ganó en el mundo – todo esto- se deben acreditar al mérito de Enver Hoxha como líder durante el período entero en el cual él estaba en el jefe del estado.
Pues como el lector honesto podrá ver, él era un demócrata verdadero en lo referente al pueblo, a los trabajadores, campesinos, intelectuales y juventud, al igual de áspero con los enemigos externos e internos que intentaron sabotear estos logros o pisotear la independencia y la soberanía de la nueva Albania democrática.
Murió honrado por la gran causa del pueblo. Trabajó toda su vida párale pueblo. Cinco años después de la muerte de Enver Hoxha, el sistema socialista democrático que había sido desarrollado durante 45 años de sudor y de sacrificio, fue derrocado. Fue derrocado por las fuerzas internas y externas oscuras que tomaron una venganza salvaje, en colaboración con las fuerzas imperialistas, a los que los habían privado de representación política y derechos de explotación, estas fuerzas, ahora organizadas políticamente. En la oscuridad de la noche debido al miedo de la gente desenterraron de una manera macabra, del cementerio de los mártires de la nación, el cuerpo de Enver Hoxha, el comandante en jefe de la lucha nacional de la liberación. La “democracia” ¡había sido establecido en Albania!
Enver Hoxha se llama ahora 'un dictador', aunque él no era tal cosa. La persecución de su familia comenzó. En la prensa, ya sea "izquierda" o derecha, me ha llamado ahora «el hijo del dictador ', pero este hecho no me impresiona. Yo sabía y siempre recordaré a mi padre como modelo de padre y visión de futuro líder, decidido a defender logrado victorias. Fue un verdadero demócrata - nunca un dictador. Estas memorias se dedican a mis tres hijos - Ermal, Shklzen y especialmente a mi hijo menor Besmir, que comparte la vida con él durante sólo tres meses, a fin de que puedan conocer mejor su abuelo y estar orgullosos de él, como es mi caso . Ilir Hoxha Agosto 1995.
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